MIRNA CONCHA

Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.

sábado, 30 de enero de 2010

Recambio generacional, el costo de una urgencia no escuchada.....

Por: Mirna Concha, periodista
Publicado 30 de enero 2010

Si hay algo que reconocerle a la derecha es su constancia, disciplina, mirada de futuro y por cierto y por sobre todo, su sigiloso "trabajo de hormiga" para lograr su objetivo. Hoy asume con Piñera "la patrulla juvenil", aquella de los 90, liderada por Allamand, Longueira, Matthei, entre otros. Mientras nosotros creíamos que el "pinochetismo" era parte del pasado, de ese "nunca más" y en consecuencia perdimos la brújula respecto de donde estaba el "enemigo real", ellos tuvieron la visión de potenciar las debilidades de la Concertación y preparar su recambio generacional.

Por este otro lado continúa la noche de los "cuchillos largos" que comenzó con "apuntar dedos" el mismo 17 de enero. A dos semanas de la derrota de la Concertación, lo único que han hecho los próceres elegidos para liderar nuestros sueños, ha sido traspasarse unos con otros las responsabilidades y culpas.¡Si ni la Presidenta Bachelet se ha salvado! Aquella mujer que hace solo un par de semanas se le proclamaba como opción para el 2014 ya no parece ser tan "buena carta". Bochornoso espectáculo observado por el mundo entero que por un lado no se explica el fenómeno chileno y que por otro lo muestra como ejemplo a no imitar, a tener en cuenta como "modelo" para evitar una derrota electoral.

Nuevamente fue Ricardo Lagos Escobar quien apuntó su dedo. Ese que conocimos en los ochenta contra "el general". Esta vez fue dirigido hacia los jóvenes, traspasándoles la responsabilidad del Chile del futuro. ¡Qué generoso! ¿Y por qué no se pronunció por la urgente necesidad de recambio generacional antes? ¡Qué descaro!

Ayer Juan Gabriel Valdés declaraba en una radio que si el recambio generacional se hubiese producido a tiempo, otra historia estaríamos contando y en La Segunda, la Senadora Soledad Alvear solapadamente traspasaba también la responsabilidad: "a veces las personas más jóvenes se han quedado esperando que las cosas lleguen. Y las cosas hay que jugárselas para poder asumirlas".

Es verdad que faltó fuerza, coraje, y tal vez –y por qué no decirlo- cojones entre los otrora dirigentes ochenteros para irrumpir en el escenario político que se vivía. Jorge (Pirincho) Navarrete lo dijo en una entrevista publicada en "The Clinic" en el mes de noviembre. "Respecto a las cartas de la nueva generación, me hubiera gustado que Claudio Orrego o gente como Germán Quintana o la Carolina Tohá hubieran tenido un poquitito más de hambre".

"La candidatura de MEO demostró que había bastante más agua en la piscina de la que creímos. Y esta generación política si sigue esperando que le regalen o que le hereden el poder, la verdad es que va a morir en el intento", declaró en la entrevista titulada "El comando de Frei es una bolsa de gatos" (http://www.theclinic.cl/2009/11/06/%E2%80%9Cel-comando-de-frei-es-una-bolsa-de-gatos%E2%80%9D/). Y fue así. Cuando el comando de Frei se vio prácticamente perdido, recurrió a los rostros ochentenos de Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber y Claudio Orrego. Parecía ser que el incipiente y tantas veces reclamado recambio generacional había llegado…..Pero ya era tarde.

Es cierto que a la otrora "patrulla juvenil" ochentera le faltó "garra", pero no es menos cierto que en el escenario que se vivía, los partidos políticos no estaban dispuestos a ceder espacios. De hecho el frustrado intento de "los príncipes" en la DC -por ejemplo- así lo demuestra. El espacio había que tomárselo y no estaría exento de profundas crisis al interior de los partidos y de la Concertación, esa especie de niña bonita que había que proteger y blindar a costa de todo. ¡Lealtades claramente mal entendidas!

Ni Lagos, ni Valdés ni Alvear estarían haciendo tales declaraciones si el resultado del 17 de enero hubiese sido favorable. Hoy, cuando ya todo es historia, observamos desesperados intentos por levantar proyectos, por refundar estructuras, pero todo sigue siendo entre cuatro paredes, en la cúpula, lejos, muy lejos de la ciudadanía. A dos semanas seguimos sin escuchar autocríticas, reflexiones, disculpas a un país que depositó su confianza y creyó en sus líderes.

"El caleco con el sopapo no están en concomitanza", refrán popular que sabiamente da cuenta del distanciamiento de la gente, de la dicotomía, de la incapacidad intrínsica de detenerse a escuchar antes de seguir con este tan triste y lamentable espectáculo.

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