El 9 de abril de 1985 era reportera en Radio Chilena. Recién me iniciaba en el oficio. Meses antes había retornado tras 10 años de exilio. De eso, ya han pasado otros 25. El verano aun no concluía cuando, al igual que ahora, un terremoto nos estremeció. Radio Chilena –entonces con su lema de ser “la voz de los sin voz”- apadrinó al puerto de San Antonio, lugar del epicentro.
El departamento de prensa en pleno se movilizó. En el equipo, dirigido por Guillermo Hormazábal, Jaime Moreno Laval y Pablo Vildósola, estaban, además, Manuel Francisco Daniel, Alejandro Guillier, Nibaldo Mosciatti, Paz Egaña, Patricia Rodríguez, Angel Bozán Ramos, Iván Delgado, Carlos Humberto (pin pon) Silva, Angélica Cabello, Francisco Aylwin, Carlos Alzamora, Alicia Oliva, Bernardita Aguirre, Orlando Milessi y José Francisco Contreras. Pero en esta gran cruzada también participaron locutores, secretarias, administrativos y radio controladores.
En la parroquia de San Antonio, el cura chocolito -como le identificaban- organizaba la labor de decenas de jóvenes de comunidades cristianas. Ahí vi por vez primera a Rafael, o Felo para sus más cercanos (QEPD), con quien más tarde me reencontraría en la defensa de los derechos humanos. Fue mi compañero y el padre de Tania-Paz, mi hija mayor.
Mario Gómez López transmitió desde ahí desde el primer día de la catástrofe. Miguel Davagnino condujo el acto artístico-cultural con que intentamos cerrar la cruzada solidaria, pero entonces eso era considerado una “actividad subversiva”. El acto fue violentamente interrumpido y reprimido. Los camiones con la ayuda reunida fueron desviados hacia el Regimiento Tejas Verdes. Largas negociaciones lograron que estos por fin llegaran a destino, pero el equipo completo fue trasladado hasta la Gobernación Provincial en camiones militares. Tras la emisión de un decreto, fue declarado non-grato y abandonado –literalmente- en la carretera. Los mismos camiones militares nos llevaron hasta el límite de la Provincia.
Cuando el mes aun no concluía, los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo morían asesinados en la Villa Francia y el mismo día, tres profesionales eran secuestrados y luego degollados. No solo me correspondió cubrir aquellos hechos. También la noticia opuesta, la que daba cuenta de que pese a todo el dolor y horror, la vida continuaba. Es que meses mas tarde, Radio Chilena también transmitía el primer llanto de Manuela Libertad. Sin saberlo, ella era una semilla de esperanza, era la hija que esperaba Owana Madera y que Manuel Guerrero no alcanzó a conocer. Estela Ortíz no solo acompañó a Owana esa noche, sino que además fue la osada portadora de la grabadora con el cassette que registró el primer llanto. ¡La vida triunfaba!
Cuando aun no nos recuperábamos de las atrocidades, del dolor y de tanto sufrimiento, el 9 de abril otro estudiante universitario caía baleado. Era Oscar Fuentes. Cubrí también su funeral. En un minuto la señora Silvia se quebró. Dejé de lado mi grabadora y me acerqué para abrazarla, para intentar contener a una madre que no lograba resignarse. Me quebré junto con ella. Reaccioné cuando una colega me increpó: “los periodistas no lloran”, dijo. Es cierto que debemos mantener la debida distancia de los hechos que reporteamos, pero no podemos perder la capacidad de asombro ni la sensibilidad. Vía Facebook hace solo algunos meses he sabido nuevamente de ella y de su marido. Sé también que tienen un nieto….Oscar. La vida –por sobre todo- ha seguido triunfando.
Fueron muchos los acontecimientos, las penas, los dolores, lo que nos tocó vivir como personas y como reporteros. Rodrigo Rojas, Ronald Wood, Patricio Manzano, Mario Martínez y tantos, tantos otros. Todos eran jóvenes que soñaban con un Chile distinto. Hoy he escuchado muchas veces que todo esto es historia, que ahora es tiempo de mirar hacia el futuro. Difícil dar vuelta la página cuando sus huellas siguen siendo palpables y sus sueños siguen inconclusos.
MIRNA CONCHA
Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.
jueves, 1 de abril de 2010
sábado, 20 de marzo de 2010
La oposición en cuenta regresiva....
La era que vivimos es de constantes cambios. Y no me refiero al eslogan de la campaña electoral del actual Presidente de la República de Chile. No es menos cierto que los seres humanos tendemos a poner -por inseguridad, por temor a lo desconocido- resistencia a cualquier hecho que modifique el estado en que nos sentimos cómodos, seguros, protegidos: nuestro “comfort zone”.
Y ante esa “amenaza”, surgen no razonados y de manera espontánea, mecanismos de defensa que tienden a reducir las consecuencias del acontecimiento que en si mismo nos provoca estrés. Es que necesitamos seguir funcionando. La psicología ha identificado múltiples. Entre ellos, la negación, la proyección, la racionalización, la represión, la regresión, entre otros. A mi juicio, lo que hemos presenciado en Chile desde el terremoto político del 17 de enero, es una reactividad, como mecanismo de defensa que tiende a oponerse a todo lo que la nueva administración plantea. Tan así que incluso se ha caído en lo burdo. Ejemplos hay múltiples que no valen la pena mencionar, pues cada uno ha sido protagonista de lo acontecido hasta la fecha.
La sociedad civil –por definición- debe identificar y defender los derechos individuales, colectivos, políticos y sociales de los ciudadanos y propiciar su libertad de asociación para defenderse de la acción del poder y del mercado. Y en esa lógica -la del libre mercado que nos rige y en la cual la concentración del poder de los medios de comunicación es cada vez mayor- estos deben aportar a la democracia promoviendo el permanente debate y educación. Los parlamentarios deben ejercer su rol fiscalizador e impulsar leyes, mientras que los partidos políticos deben ejercer su influencia en la conducción del Estado en lo que afecta al mismo, a la ciudadanía y a la sociedad en su conjunto.
La derecha es un hecho en Chile. Nos guste o no. Como oposición hoy tenemos mucho que decir respecto de su tiempo en Palacio, pero para ello es necesario que cada cual asuma de una vez el rol que le corresponde. Cuando eso ocurra, recién podremos decir que estamos trabajando para iniciar, de manera real y concreta, el descuento de sus días en la administración de nuestro país. Antes, seguiremos haciéndole el juego y desperdiciando tiempos preciosos y preciados.
Es que la Concertación nació con un objetivo sumamente claro: derrotar a la dictadura. Eso se logró hace más de 20 años. ¿No creen que ya sea hora de replantearse? Hay que fenecer para renacer, impulsar debates, foros para entender el Chile del bicentenario y el que queremos construir, por cierto con historia y con memoria. Insisto, mientras eso no ocurra, seguiremos dando palos de ciegos y desperdiciando el valioso tiempo, ese que ya está en cuenta regresiva en lo que a las elecciones municipales se refiere.
Necesitamos ese diagnóstico para poder construir nuevos discursos, nuevo sueños que convoquen a esa masa que hoy está a la deriva.
¡Ese es el desafío!
Y ante esa “amenaza”, surgen no razonados y de manera espontánea, mecanismos de defensa que tienden a reducir las consecuencias del acontecimiento que en si mismo nos provoca estrés. Es que necesitamos seguir funcionando. La psicología ha identificado múltiples. Entre ellos, la negación, la proyección, la racionalización, la represión, la regresión, entre otros. A mi juicio, lo que hemos presenciado en Chile desde el terremoto político del 17 de enero, es una reactividad, como mecanismo de defensa que tiende a oponerse a todo lo que la nueva administración plantea. Tan así que incluso se ha caído en lo burdo. Ejemplos hay múltiples que no valen la pena mencionar, pues cada uno ha sido protagonista de lo acontecido hasta la fecha.
La sociedad civil –por definición- debe identificar y defender los derechos individuales, colectivos, políticos y sociales de los ciudadanos y propiciar su libertad de asociación para defenderse de la acción del poder y del mercado. Y en esa lógica -la del libre mercado que nos rige y en la cual la concentración del poder de los medios de comunicación es cada vez mayor- estos deben aportar a la democracia promoviendo el permanente debate y educación. Los parlamentarios deben ejercer su rol fiscalizador e impulsar leyes, mientras que los partidos políticos deben ejercer su influencia en la conducción del Estado en lo que afecta al mismo, a la ciudadanía y a la sociedad en su conjunto.
La derecha es un hecho en Chile. Nos guste o no. Como oposición hoy tenemos mucho que decir respecto de su tiempo en Palacio, pero para ello es necesario que cada cual asuma de una vez el rol que le corresponde. Cuando eso ocurra, recién podremos decir que estamos trabajando para iniciar, de manera real y concreta, el descuento de sus días en la administración de nuestro país. Antes, seguiremos haciéndole el juego y desperdiciando tiempos preciosos y preciados.
Es que la Concertación nació con un objetivo sumamente claro: derrotar a la dictadura. Eso se logró hace más de 20 años. ¿No creen que ya sea hora de replantearse? Hay que fenecer para renacer, impulsar debates, foros para entender el Chile del bicentenario y el que queremos construir, por cierto con historia y con memoria. Insisto, mientras eso no ocurra, seguiremos dando palos de ciegos y desperdiciando el valioso tiempo, ese que ya está en cuenta regresiva en lo que a las elecciones municipales se refiere.
Necesitamos ese diagnóstico para poder construir nuevos discursos, nuevo sueños que convoquen a esa masa que hoy está a la deriva.
¡Ese es el desafío!
lunes, 8 de marzo de 2010
¿A qué juega la naturaleza humana?: terremoto de Chile fue anticipado científicamente el 30 de marzo de 2007
En condiciones normales un día como hoy sería de felicidad, de celebraciones de un maravilloso día de conquistas alcanzadas por las mujeres del mundo. Sin embargo, amanecí con angustia, añorando la infancia, esa en que la ignorancia de la contingencia, de lo cotidiano, permite que los niños sigan riendo, jugando y soñando en un mundo que está lejos de ser el que les rodea.
Es que es mucho el bombardeo de imágenes, de informaciones no solo de la catástrofe chilena, sino de lo que ocurre en el mundo. La agilidad y rapidez de las comunicaciones no nos permiten sobreponernos de un evento –y mucho menos procesar y asimilar- cuando ya estamos siendo testigos de nuevas atrocidades que al parecer pretenden terminar con nuestra capacidad de asombro.
Hoy recibí un mensaje en el que se señala que “cada día toma mas fuerza lo que el Gobierno de Rusia ha denunciado al mundo, que Estados Unidos estaría provocando los terremotos en Haití y luego en las costas Chilenas,” citándose que “este seria el resultado de un arma disfrazada con las siglas HAARP descubierto por Nicola Tesle quien realizo este invento con la finalidad de entregar electricidad gratuita a la humanidad, pero como no era negocio, se lo compraron y jamás se supo de el fue en el año 1993.”
La información explica que HAARP (programa de investigación de aurora de alta frecuencia) “consiste en la estabilidad de la temperatura en el planeta, envían impulsos electromagnéticos a la ionosfera y su centrales de impulso se encuentra en Alaska, estos envían un pulso magnético al espacio a un punto especifico de la ionosfera y este rebota como un reflejo; es decir puede ser dirigido a un lugar de la tierra tal lo fue en Haití y Chile probablemente”. Y agrega que “estos impulsos cambian el clima, gatillan volcanes y terremotos y funcionan en el campo electromagnético del cerebro de las personas HAARP Existe y nadie lo ha negado.”
¿Será tanto el deterioro humano? Tiendo a poner en duda esta información, pero más de una vuelta habrá que darle cuando a esto se suma el documento de 85 páginas de Elsevier, líder mundial en publicaciones científicas, técnicas y médicas que el 30 de marzo de 2007, a través de un equipo de nueve científicos, entre los que se incluye J. Campos, del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, emanó un texto en el que se midió la acumulación sísmica que ya entonces existía entre Concepción y Constitución.
El escrito –en inglés- concluye que en la parte sur del hueco Concepción-Constitución se muestra lo suficientemente grande como para “producir un terremoto muy grande de alrededor de Mw=8.0-8.5. Este es por cierto el peor escenario, lo que debería ser definido con mayor precisión con trabajo de investigación adicional.”
Ante tanto desconcierto y desconocimiento, recurrí a la fuente mas cercana, el meteorólogo Angel Concha Caldera, mi padre, exonerado de la Fuerza Aérea de Chile con motivo del golpe de Estado. “Los terremotos se pueden predecir, sin adelantar con precisión el día y la hora. Pero la zona y la intensidad fueron indicadas con base científica en el informe que comentas”, me respondió.
¿Frente a qué estamos? ¿Cuál es el límite de los seres humanos? Que los lectores saquen sus propias conclusiones.
Es que es mucho el bombardeo de imágenes, de informaciones no solo de la catástrofe chilena, sino de lo que ocurre en el mundo. La agilidad y rapidez de las comunicaciones no nos permiten sobreponernos de un evento –y mucho menos procesar y asimilar- cuando ya estamos siendo testigos de nuevas atrocidades que al parecer pretenden terminar con nuestra capacidad de asombro.
Hoy recibí un mensaje en el que se señala que “cada día toma mas fuerza lo que el Gobierno de Rusia ha denunciado al mundo, que Estados Unidos estaría provocando los terremotos en Haití y luego en las costas Chilenas,” citándose que “este seria el resultado de un arma disfrazada con las siglas HAARP descubierto por Nicola Tesle quien realizo este invento con la finalidad de entregar electricidad gratuita a la humanidad, pero como no era negocio, se lo compraron y jamás se supo de el fue en el año 1993.”
La información explica que HAARP (programa de investigación de aurora de alta frecuencia) “consiste en la estabilidad de la temperatura en el planeta, envían impulsos electromagnéticos a la ionosfera y su centrales de impulso se encuentra en Alaska, estos envían un pulso magnético al espacio a un punto especifico de la ionosfera y este rebota como un reflejo; es decir puede ser dirigido a un lugar de la tierra tal lo fue en Haití y Chile probablemente”. Y agrega que “estos impulsos cambian el clima, gatillan volcanes y terremotos y funcionan en el campo electromagnético del cerebro de las personas HAARP Existe y nadie lo ha negado.”
¿Será tanto el deterioro humano? Tiendo a poner en duda esta información, pero más de una vuelta habrá que darle cuando a esto se suma el documento de 85 páginas de Elsevier, líder mundial en publicaciones científicas, técnicas y médicas que el 30 de marzo de 2007, a través de un equipo de nueve científicos, entre los que se incluye J. Campos, del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, emanó un texto en el que se midió la acumulación sísmica que ya entonces existía entre Concepción y Constitución.
El escrito –en inglés- concluye que en la parte sur del hueco Concepción-Constitución se muestra lo suficientemente grande como para “producir un terremoto muy grande de alrededor de Mw=8.0-8.5. Este es por cierto el peor escenario, lo que debería ser definido con mayor precisión con trabajo de investigación adicional.”
Ante tanto desconcierto y desconocimiento, recurrí a la fuente mas cercana, el meteorólogo Angel Concha Caldera, mi padre, exonerado de la Fuerza Aérea de Chile con motivo del golpe de Estado. “Los terremotos se pueden predecir, sin adelantar con precisión el día y la hora. Pero la zona y la intensidad fueron indicadas con base científica en el informe que comentas”, me respondió.
¿Frente a qué estamos? ¿Cuál es el límite de los seres humanos? Que los lectores saquen sus propias conclusiones.
martes, 2 de marzo de 2010
"Jamás pensé que estaría tan contenta de ver a los militares en la calle"
Sacar dividendos políticos de esta tragedia de proporciones me parece no solo un error, sino una desubicación de proporciones.
Sobreviví el terremoto en Tomé, a muy pocos kilómetros de Dichato. Logré salir en el momento preciso tal vez porque tuve la mente fría y supe que tenía que lograrlo para reunirme con mis hijos que estaban solos en Temuco.
Hice dedo hasta Concepción. En un viaje que normalmente en bus dura 45 minutos, demoré cinco horas y media. Luego seguí por la carretera norte-sur hasta Temuco. Lo que viví, lo que pude ver, escuchar y sentir, es realmente irreproducible. Pero también viví la solidaridad de la gente que detuvo sus vehículos en carreteras desoladas para trasladarme cortas y largas distancias, para ayudarme, gente que me regaló comida, agua y me deseó suerte en esa osadía que solo los instintos de madre y sobrevivencia me impulsaron a emprender.
Era imposible tener una real dimensión de la magnitud de la tragedia. Si consideramos que Chile jamás había vivido una situación de esta naturaleza, nadie, absolutamente nadie en gobierno podría haber tenido otra reacción. Viví también el terremoto del 85. Me tocó cubrir la noticia desde Radio Chilena. Nada, absolutamente nada, se le compara a lo que hoy vivimos.
No somos un país con cultura sísmica. No estamos preparados, no sabemos qué hacer. En Tomé funcionarios de Carabineros -por iniciativa propia- nos alertaron inmediatamente por parlantes que debíamos evacuar hacia los cerros ante la posibilidad de un tsunami, pero no es un tema que tengamos internalizado y básicamente porque no es algo que sea común, no había ocurrido desde el terremoto del 60. También falta coordinación entre los servicios públicos. Esas son lecciones que debemos aprender.
No obstante, es fácil criticar a la Presidenta, al gobierno, a las autoridades......fácil es opinar y hacer acusaciones cuando uno no está en los zapatos de quienes deben tomar las decisiones más trascendentales para el país y más aún sin contar con toda la información oportuna. Los análisis y conclusiones sin duda tendrán que venir y las medidas ser adoptadas, pero por hora la urgencia es claramente otra y en eso no hay que perder la brújula.
Es paradojal, porque por un lado se critica al gobierno por no tomar las medidas de manera oportuna, y por otro lado se juzga duramente. Hace pocos minutos hablé por celular con una conocida que está en Chiguayante. Ella es psiquiatra, ex militante comunista y ante la tragedia su comentario fue: “jamás pensé que estaría tan contenta de ver a los militares en la calle. Hemos tenido que defender la casa con palos, con fogatas, solo falta que intenten violar a las mujeres”.
¡Abramos de una vez la mente, el alma y el corazón! ¡Maduremos políticamente y cortémosla con las pequeñeces! Aprendamos de una vez la lección. Solo así seremos capaces de interpretar el real sentir de nuestra gente, de nuestra ciudadanía, de nuestro pueblo.
Sobreviví el terremoto en Tomé, a muy pocos kilómetros de Dichato. Logré salir en el momento preciso tal vez porque tuve la mente fría y supe que tenía que lograrlo para reunirme con mis hijos que estaban solos en Temuco.
Hice dedo hasta Concepción. En un viaje que normalmente en bus dura 45 minutos, demoré cinco horas y media. Luego seguí por la carretera norte-sur hasta Temuco. Lo que viví, lo que pude ver, escuchar y sentir, es realmente irreproducible. Pero también viví la solidaridad de la gente que detuvo sus vehículos en carreteras desoladas para trasladarme cortas y largas distancias, para ayudarme, gente que me regaló comida, agua y me deseó suerte en esa osadía que solo los instintos de madre y sobrevivencia me impulsaron a emprender.
Era imposible tener una real dimensión de la magnitud de la tragedia. Si consideramos que Chile jamás había vivido una situación de esta naturaleza, nadie, absolutamente nadie en gobierno podría haber tenido otra reacción. Viví también el terremoto del 85. Me tocó cubrir la noticia desde Radio Chilena. Nada, absolutamente nada, se le compara a lo que hoy vivimos.
No somos un país con cultura sísmica. No estamos preparados, no sabemos qué hacer. En Tomé funcionarios de Carabineros -por iniciativa propia- nos alertaron inmediatamente por parlantes que debíamos evacuar hacia los cerros ante la posibilidad de un tsunami, pero no es un tema que tengamos internalizado y básicamente porque no es algo que sea común, no había ocurrido desde el terremoto del 60. También falta coordinación entre los servicios públicos. Esas son lecciones que debemos aprender.
No obstante, es fácil criticar a la Presidenta, al gobierno, a las autoridades......fácil es opinar y hacer acusaciones cuando uno no está en los zapatos de quienes deben tomar las decisiones más trascendentales para el país y más aún sin contar con toda la información oportuna. Los análisis y conclusiones sin duda tendrán que venir y las medidas ser adoptadas, pero por hora la urgencia es claramente otra y en eso no hay que perder la brújula.
Es paradojal, porque por un lado se critica al gobierno por no tomar las medidas de manera oportuna, y por otro lado se juzga duramente. Hace pocos minutos hablé por celular con una conocida que está en Chiguayante. Ella es psiquiatra, ex militante comunista y ante la tragedia su comentario fue: “jamás pensé que estaría tan contenta de ver a los militares en la calle. Hemos tenido que defender la casa con palos, con fogatas, solo falta que intenten violar a las mujeres”.
¡Abramos de una vez la mente, el alma y el corazón! ¡Maduremos políticamente y cortémosla con las pequeñeces! Aprendamos de una vez la lección. Solo así seremos capaces de interpretar el real sentir de nuestra gente, de nuestra ciudadanía, de nuestro pueblo.
jueves, 25 de febrero de 2010
¿Qué nos pasó...?
Anoche asistí a una presentación de Charles Labra en el restobar El Encuentro, en Temuco.
El nombre por si solo tal vez no dice nada.
Es que Labra es el fundador de Sol y Lluvia, aquel grupo con que cantamos y vibramos con el "adiós general", entre otras canciones ochenteras.
Ayer, caminando por el centro de Temuco, lo topé cantando en la calle. Claro, esta vez con permiso de la gobernación.
"Abandoné voluntariamente Sol y Lluvia para salir a las calles a devolver la música al pueblo", escuché y me detuve. Me sentí identificada y no es que esté nostálgica, ni que me "haya quedado pegada", como podrían pensar muchos de los que lean estas notas.
Hoy Labra es el vocalista de Antu Kai Mawen (sol y lluvia en mapuzungun) y lejos de haber abandonado el grupo original, claramente lo lleva en si mismo.
Es que El Encuentro anoche no daba abasto para la cantidad de gente que llegó a escuchar, a cantar, a bailar con las canciones que tal vez hoy mas que nunca cobran relevancia para reencantarnos....ante tanta decepción. Es que necesitamos reencontrarnos y tal vez la música sea uno de los puntos de partida.
Asistí junto a mi hija Tania-Paz, quien hoy con 19 años de edad, agradeció a Charles al final por lo que consideró una "noche notable". Miientras bailaba y cantaba, me preguntaba....¿qué nos pasó? ¿en qué momento nos distanciamos de la gente, del pueblo, de lo simple, de lo sencillo? ..... El tiempo tal vez dará la respuesta.
Claro está que anoche fue una hermosa fiesta, gracias Charles por hacernos sentir que aún estamos vivos........¡y que paradojal! Mientras vibrábamos con la fiesta, afuera una "cuca" de pacos -como en antaño- vigilaba sigilosamente el local. Espero no sea presagio de nada.
Gracias Charles, por la fiesta....
http://trawun.blogspot.com/2009/09/antu-kai-mawen-es-sol-y-lluvia-en.html
El nombre por si solo tal vez no dice nada.
Es que Labra es el fundador de Sol y Lluvia, aquel grupo con que cantamos y vibramos con el "adiós general", entre otras canciones ochenteras.
Ayer, caminando por el centro de Temuco, lo topé cantando en la calle. Claro, esta vez con permiso de la gobernación.
"Abandoné voluntariamente Sol y Lluvia para salir a las calles a devolver la música al pueblo", escuché y me detuve. Me sentí identificada y no es que esté nostálgica, ni que me "haya quedado pegada", como podrían pensar muchos de los que lean estas notas.
Hoy Labra es el vocalista de Antu Kai Mawen (sol y lluvia en mapuzungun) y lejos de haber abandonado el grupo original, claramente lo lleva en si mismo.
Es que El Encuentro anoche no daba abasto para la cantidad de gente que llegó a escuchar, a cantar, a bailar con las canciones que tal vez hoy mas que nunca cobran relevancia para reencantarnos....ante tanta decepción. Es que necesitamos reencontrarnos y tal vez la música sea uno de los puntos de partida.
Asistí junto a mi hija Tania-Paz, quien hoy con 19 años de edad, agradeció a Charles al final por lo que consideró una "noche notable". Miientras bailaba y cantaba, me preguntaba....¿qué nos pasó? ¿en qué momento nos distanciamos de la gente, del pueblo, de lo simple, de lo sencillo? ..... El tiempo tal vez dará la respuesta.
Claro está que anoche fue una hermosa fiesta, gracias Charles por hacernos sentir que aún estamos vivos........¡y que paradojal! Mientras vibrábamos con la fiesta, afuera una "cuca" de pacos -como en antaño- vigilaba sigilosamente el local. Espero no sea presagio de nada.
Gracias Charles, por la fiesta....
http://trawun.blogspot.com/2009/09/antu-kai-mawen-es-sol-y-lluvia-en.html
miércoles, 10 de febrero de 2010
Una jugada maestra....
Por: Mirna Concha
….Y del “caballo de Troya” siguen bajando guerreros. Es que la “operación con guante blanco” de la derecha para destruir a la Concertación (ver artículo anterior en blog) sigue su curso. Claro está que tuvieron mucho tiempo para analizar la “jugada” maestra que terminaría por darle el “golpe de gracia”.
Primero fue estudiar las debilidades y potenciarlas. Ahí entró a la cancha Marco Enríquez-Ominami y toda la tribuna que la derecha le dio durante la primera vuelta electoral. Primer objetivo cumplido: dividir.
Pero su astucia no terminaría ahí. Había que seguir socavando para que al final la estructura se desplomara por completo: lograr que sectores de este conglomerado se sumaran al gobierno de “unidad nacional”. Jaime Ravinet es la “punta de lanza” para que otros se incorporen y así debilitar la fundación. Es que sacando a la DC, partido base de la Concertación, esta termina por fenecer, dejándole terreno libre a la derecha para gobernar sin una oposición articulada.
Hoy la credibilidad de la clase política está en tela de juicio. En Chile no solo ha ganado la derecha el gobierno, sino que además ha terminado por triunfar e instalarse el individualismo, personalismo, la banalidad, la “monetarización”: el capitalismo.
Dado el actual escenario hoy no es suficiente plantear la rearticulación, el recambio generacional, volver a la fundación, u otras alternativas que hemos visto. Más allá de los análisis de la contingencia, de las autocríticas y evaluaciones, hoy es necesario hacer un “párele” drástico, una introspección, escuchar el real sentir de la ciudadanía respecto de sus aspiraciones, desafíos y sueños para luego reestablecer las confianzas y credibilidades necesarias que permitirán que desde la base misma surjan liderazgos legítimos. Y eso tomará tiempo.
Estamos siendo protagonistas de una nueva etapa en la política de Chile, un nuevo capitulo de la historia se está comenzando a escribir. Las páginas aún están en blanco.
….Y del “caballo de Troya” siguen bajando guerreros. Es que la “operación con guante blanco” de la derecha para destruir a la Concertación (ver artículo anterior en blog) sigue su curso. Claro está que tuvieron mucho tiempo para analizar la “jugada” maestra que terminaría por darle el “golpe de gracia”.
Primero fue estudiar las debilidades y potenciarlas. Ahí entró a la cancha Marco Enríquez-Ominami y toda la tribuna que la derecha le dio durante la primera vuelta electoral. Primer objetivo cumplido: dividir.
Pero su astucia no terminaría ahí. Había que seguir socavando para que al final la estructura se desplomara por completo: lograr que sectores de este conglomerado se sumaran al gobierno de “unidad nacional”. Jaime Ravinet es la “punta de lanza” para que otros se incorporen y así debilitar la fundación. Es que sacando a la DC, partido base de la Concertación, esta termina por fenecer, dejándole terreno libre a la derecha para gobernar sin una oposición articulada.
Hoy la credibilidad de la clase política está en tela de juicio. En Chile no solo ha ganado la derecha el gobierno, sino que además ha terminado por triunfar e instalarse el individualismo, personalismo, la banalidad, la “monetarización”: el capitalismo.
Dado el actual escenario hoy no es suficiente plantear la rearticulación, el recambio generacional, volver a la fundación, u otras alternativas que hemos visto. Más allá de los análisis de la contingencia, de las autocríticas y evaluaciones, hoy es necesario hacer un “párele” drástico, una introspección, escuchar el real sentir de la ciudadanía respecto de sus aspiraciones, desafíos y sueños para luego reestablecer las confianzas y credibilidades necesarias que permitirán que desde la base misma surjan liderazgos legítimos. Y eso tomará tiempo.
Estamos siendo protagonistas de una nueva etapa en la política de Chile, un nuevo capitulo de la historia se está comenzando a escribir. Las páginas aún están en blanco.
martes, 9 de febrero de 2010
Concertación, descansa en paz...
Por: Mirna Concha, periodista
La Concertación de Partidos por la Democracia nos unió en los ochenta. En torno a ella logramos convocar a un país entero a sumarse a un movimiento social para derrotar a la dictadura. ¡Y lo logramos! Con un lápiz y un papel dijimos NO y a través del “Chile la alegría ya viene”, alimentamos la esperanza y las ansias de construir un país más justo y solidario. Con aciertos y errores, pero lo hemos hecho. Sin duda aún resta mucho. Las transformaciones sociales se construyen en el tiempo, pero nadie puede desconocer que Chile no es el mismo de hace 20 años.
Aylwin, Lagos, Frei, Bachelet condujeron este proceso. Sin embargo, una vez más ha quedado de manifiesto que el poder obnubila. En efecto. Las disputas internas de los partidos políticos les distanciaron de la realidad, de lo que Chile realmente aspiraba, de entender que los sueños de la gente se construyen a diario. Demandamos la urgente necesidad de recambio político. Pero nadie escuchó. La luz amarilla fue el resultado de las elecciones municipales. Pero nadie escuchó. Luego el resultado del 13 de diciembre. Pero nadie escuchó. El 17 de enero a la pobre Concertación le tuvimos que poner oxígeno para tratar de mantenerla, pero ella ya solo aspira a descansar en paz.
Es que por nuestras propias incapacidades le exigimos más de lo que ella puede y podía ofrecer. Es hora de darle las gracias, ponerle la lápida, velarla, hacerle el debido y digno funeral y dejarla descansar en paz. Es hora de crecer, de hacernos cargo de la realidad del Chile del 2010 para plantearnos el desafío del país que queremos, ese país cuyo liderazgo hoy le corresponde a otras generaciones, pero para las cuales por cierto debemos estar disponibles para colaborar con la experiencia y sabiduría de los aciertos y errores cometidos, como en todo proceso histórico.
La Concertación de Partidos por la Democracia nos unió en los ochenta. En torno a ella logramos convocar a un país entero a sumarse a un movimiento social para derrotar a la dictadura. ¡Y lo logramos! Con un lápiz y un papel dijimos NO y a través del “Chile la alegría ya viene”, alimentamos la esperanza y las ansias de construir un país más justo y solidario. Con aciertos y errores, pero lo hemos hecho. Sin duda aún resta mucho. Las transformaciones sociales se construyen en el tiempo, pero nadie puede desconocer que Chile no es el mismo de hace 20 años.
Aylwin, Lagos, Frei, Bachelet condujeron este proceso. Sin embargo, una vez más ha quedado de manifiesto que el poder obnubila. En efecto. Las disputas internas de los partidos políticos les distanciaron de la realidad, de lo que Chile realmente aspiraba, de entender que los sueños de la gente se construyen a diario. Demandamos la urgente necesidad de recambio político. Pero nadie escuchó. La luz amarilla fue el resultado de las elecciones municipales. Pero nadie escuchó. Luego el resultado del 13 de diciembre. Pero nadie escuchó. El 17 de enero a la pobre Concertación le tuvimos que poner oxígeno para tratar de mantenerla, pero ella ya solo aspira a descansar en paz.
Es que por nuestras propias incapacidades le exigimos más de lo que ella puede y podía ofrecer. Es hora de darle las gracias, ponerle la lápida, velarla, hacerle el debido y digno funeral y dejarla descansar en paz. Es hora de crecer, de hacernos cargo de la realidad del Chile del 2010 para plantearnos el desafío del país que queremos, ese país cuyo liderazgo hoy le corresponde a otras generaciones, pero para las cuales por cierto debemos estar disponibles para colaborar con la experiencia y sabiduría de los aciertos y errores cometidos, como en todo proceso histórico.
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