El 9 de abril de 1985 era reportera en Radio Chilena. Recién me iniciaba en el oficio. Meses antes había retornado tras 10 años de exilio. De eso, ya han pasado otros 25. El verano aun no concluía cuando, al igual que ahora, un terremoto nos estremeció. Radio Chilena –entonces con su lema de ser “la voz de los sin voz”- apadrinó al puerto de San Antonio, lugar del epicentro.
El departamento de prensa en pleno se movilizó. En el equipo, dirigido por Guillermo Hormazábal, Jaime Moreno Laval y Pablo Vildósola, estaban, además, Manuel Francisco Daniel, Alejandro Guillier, Nibaldo Mosciatti, Paz Egaña, Patricia Rodríguez, Angel Bozán Ramos, Iván Delgado, Carlos Humberto (pin pon) Silva, Angélica Cabello, Francisco Aylwin, Carlos Alzamora, Alicia Oliva, Bernardita Aguirre, Orlando Milessi y José Francisco Contreras. Pero en esta gran cruzada también participaron locutores, secretarias, administrativos y radio controladores.
En la parroquia de San Antonio, el cura chocolito -como le identificaban- organizaba la labor de decenas de jóvenes de comunidades cristianas. Ahí vi por vez primera a Rafael, o Felo para sus más cercanos (QEPD), con quien más tarde me reencontraría en la defensa de los derechos humanos. Fue mi compañero y el padre de Tania-Paz, mi hija mayor.
Mario Gómez López transmitió desde ahí desde el primer día de la catástrofe. Miguel Davagnino condujo el acto artístico-cultural con que intentamos cerrar la cruzada solidaria, pero entonces eso era considerado una “actividad subversiva”. El acto fue violentamente interrumpido y reprimido. Los camiones con la ayuda reunida fueron desviados hacia el Regimiento Tejas Verdes. Largas negociaciones lograron que estos por fin llegaran a destino, pero el equipo completo fue trasladado hasta la Gobernación Provincial en camiones militares. Tras la emisión de un decreto, fue declarado non-grato y abandonado –literalmente- en la carretera. Los mismos camiones militares nos llevaron hasta el límite de la Provincia.
Cuando el mes aun no concluía, los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo morían asesinados en la Villa Francia y el mismo día, tres profesionales eran secuestrados y luego degollados. No solo me correspondió cubrir aquellos hechos. También la noticia opuesta, la que daba cuenta de que pese a todo el dolor y horror, la vida continuaba. Es que meses mas tarde, Radio Chilena también transmitía el primer llanto de Manuela Libertad. Sin saberlo, ella era una semilla de esperanza, era la hija que esperaba Owana Madera y que Manuel Guerrero no alcanzó a conocer. Estela Ortíz no solo acompañó a Owana esa noche, sino que además fue la osada portadora de la grabadora con el cassette que registró el primer llanto. ¡La vida triunfaba!
Cuando aun no nos recuperábamos de las atrocidades, del dolor y de tanto sufrimiento, el 9 de abril otro estudiante universitario caía baleado. Era Oscar Fuentes. Cubrí también su funeral. En un minuto la señora Silvia se quebró. Dejé de lado mi grabadora y me acerqué para abrazarla, para intentar contener a una madre que no lograba resignarse. Me quebré junto con ella. Reaccioné cuando una colega me increpó: “los periodistas no lloran”, dijo. Es cierto que debemos mantener la debida distancia de los hechos que reporteamos, pero no podemos perder la capacidad de asombro ni la sensibilidad. Vía Facebook hace solo algunos meses he sabido nuevamente de ella y de su marido. Sé también que tienen un nieto….Oscar. La vida –por sobre todo- ha seguido triunfando.
Fueron muchos los acontecimientos, las penas, los dolores, lo que nos tocó vivir como personas y como reporteros. Rodrigo Rojas, Ronald Wood, Patricio Manzano, Mario Martínez y tantos, tantos otros. Todos eran jóvenes que soñaban con un Chile distinto. Hoy he escuchado muchas veces que todo esto es historia, que ahora es tiempo de mirar hacia el futuro. Difícil dar vuelta la página cuando sus huellas siguen siendo palpables y sus sueños siguen inconclusos.
Mirna llegue hasta acá por esas curiosidades que a veces a mis hijos molesta, ¿quien será esta persona que quiere comprar elo diario 1? llego a tu perfil y lo primero que veo es que tienes un blog, como yo amo mas mi blog que Face ,partía al tiro y ahora me has ido refrescando la memoria , quizás no en forma tan agradable, ya que es increible la cantidad de cosas que olvidamos.
ResponderEliminarComo no recordar esa trasmisión de la Avda Centenario cuando avisdan que los camiones no se detendrán, ahora me cordé altiro de ese momento cuando al "zafrada" le sucede lo mismo con los camiones que no se detienen.
Luego tu recuerdo de tanto y tanto sufrimiento visto, es diferente escucharlo en el relato de una reportera a estar en esos lugares y ver a sus familias destrozadas.
Mirna como hemos aprendido en estos años, que las periodistas pueden llorar, que las mujerers pueden ser presidentas, etc, etc.
Hoy nos enfrentamos a un nuevo Chile, distinto lejano, extraño, pero vemos que el futuro no es el que trazamos en esos años 80, no nos queda mas que organizarnos, limar diferencias , que las habrá sin duda, e iniciar esta empresa con los que quieran estar.
Creo que relatos como el tuyo nos permiten a muchos fortalecer nuestra memoria, que es débil, muchas gracias
J Carlos
Gracis por tu comentari, Juan Carlos. La memoria es muy frágil, sin embargo muy necesaria para construir una sociedad más sana y más justa....Un abrazo.
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