Por: Mirna Concha, periodista
Publicado 30 de enero 2010
Si hay algo que reconocerle a la derecha es su constancia, disciplina, mirada de futuro y por cierto y por sobre todo, su sigiloso "trabajo de hormiga" para lograr su objetivo. Hoy asume con Piñera "la patrulla juvenil", aquella de los 90, liderada por Allamand, Longueira, Matthei, entre otros. Mientras nosotros creíamos que el "pinochetismo" era parte del pasado, de ese "nunca más" y en consecuencia perdimos la brújula respecto de donde estaba el "enemigo real", ellos tuvieron la visión de potenciar las debilidades de la Concertación y preparar su recambio generacional.
Por este otro lado continúa la noche de los "cuchillos largos" que comenzó con "apuntar dedos" el mismo 17 de enero. A dos semanas de la derrota de la Concertación, lo único que han hecho los próceres elegidos para liderar nuestros sueños, ha sido traspasarse unos con otros las responsabilidades y culpas.¡Si ni la Presidenta Bachelet se ha salvado! Aquella mujer que hace solo un par de semanas se le proclamaba como opción para el 2014 ya no parece ser tan "buena carta". Bochornoso espectáculo observado por el mundo entero que por un lado no se explica el fenómeno chileno y que por otro lo muestra como ejemplo a no imitar, a tener en cuenta como "modelo" para evitar una derrota electoral.
Nuevamente fue Ricardo Lagos Escobar quien apuntó su dedo. Ese que conocimos en los ochenta contra "el general". Esta vez fue dirigido hacia los jóvenes, traspasándoles la responsabilidad del Chile del futuro. ¡Qué generoso! ¿Y por qué no se pronunció por la urgente necesidad de recambio generacional antes? ¡Qué descaro!
Ayer Juan Gabriel Valdés declaraba en una radio que si el recambio generacional se hubiese producido a tiempo, otra historia estaríamos contando y en La Segunda, la Senadora Soledad Alvear solapadamente traspasaba también la responsabilidad: "a veces las personas más jóvenes se han quedado esperando que las cosas lleguen. Y las cosas hay que jugárselas para poder asumirlas".
Es verdad que faltó fuerza, coraje, y tal vez –y por qué no decirlo- cojones entre los otrora dirigentes ochenteros para irrumpir en el escenario político que se vivía. Jorge (Pirincho) Navarrete lo dijo en una entrevista publicada en "The Clinic" en el mes de noviembre. "Respecto a las cartas de la nueva generación, me hubiera gustado que Claudio Orrego o gente como Germán Quintana o la Carolina Tohá hubieran tenido un poquitito más de hambre".
"La candidatura de MEO demostró que había bastante más agua en la piscina de la que creímos. Y esta generación política si sigue esperando que le regalen o que le hereden el poder, la verdad es que va a morir en el intento", declaró en la entrevista titulada "El comando de Frei es una bolsa de gatos" (http://www.theclinic.cl/2009/11/06/%E2%80%9Cel-comando-de-frei-es-una-bolsa-de-gatos%E2%80%9D/). Y fue así. Cuando el comando de Frei se vio prácticamente perdido, recurrió a los rostros ochentenos de Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber y Claudio Orrego. Parecía ser que el incipiente y tantas veces reclamado recambio generacional había llegado…..Pero ya era tarde.
Es cierto que a la otrora "patrulla juvenil" ochentera le faltó "garra", pero no es menos cierto que en el escenario que se vivía, los partidos políticos no estaban dispuestos a ceder espacios. De hecho el frustrado intento de "los príncipes" en la DC -por ejemplo- así lo demuestra. El espacio había que tomárselo y no estaría exento de profundas crisis al interior de los partidos y de la Concertación, esa especie de niña bonita que había que proteger y blindar a costa de todo. ¡Lealtades claramente mal entendidas!
Ni Lagos, ni Valdés ni Alvear estarían haciendo tales declaraciones si el resultado del 17 de enero hubiese sido favorable. Hoy, cuando ya todo es historia, observamos desesperados intentos por levantar proyectos, por refundar estructuras, pero todo sigue siendo entre cuatro paredes, en la cúpula, lejos, muy lejos de la ciudadanía. A dos semanas seguimos sin escuchar autocríticas, reflexiones, disculpas a un país que depositó su confianza y creyó en sus líderes.
"El caleco con el sopapo no están en concomitanza", refrán popular que sabiamente da cuenta del distanciamiento de la gente, de la dicotomía, de la incapacidad intrínsica de detenerse a escuchar antes de seguir con este tan triste y lamentable espectáculo.
MIRNA CONCHA
Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.
sábado, 30 de enero de 2010
viernes, 22 de enero de 2010
Una caracterización psicosocial urgente para Chile
Por: Mirna Concha, periodista
Publicado el 20 de septiembre de 2009
Me abruma ser protagonista de lo absurdo. Me consume en impotencia y frustración ser testigo de un período de la historia en que se genera mucho ruido; se oye, pero no se escucha. Un país donde las “bengalas” tienen obnubilada a la población, donde los sociólogos evocan a filósofos múltiples buscando inútilmente respuestas para los fenómenos sociales que aquejan a la sociedad. Una sociedad donde cada día se hace más evidente que la “comunicación efectiva” no está funcionando.
Chile es hoy un país profundamente “incomunicado”. La introducción a la psicología define conductas que consciente o inconscientemente son utilizadas para llamar la atención. Eso es precisamente lo que hoy hacen quienes utilizan las más diversas formas y mecanismos para hacerse notar socialmente haciendo noticia por protestas, graffiti, encapuchados, ocupas, molotov, y jóvenes que aumentan en su consumo de drogas, alcohol y apatía por participar de procesos sociales y políticos.
“Si camino no hablar….”, con la imagen de un indio con su oído apegado al pavimento fue un comercial famoso en los ochentas. Hoy esa imagen grafica –a mi juicio- la “lectura más fina” que como sociedad debiéramos hacer de lo que está ocurriendo, del período de la historia del cual estamos siendo protagonistas. Chile nuevamente cambió y aún no somos capaces de detenernos para tratar de entender hacia dónde, cómo ni por qué.
Eugenio Tironi dice que hay que acostumbrarse a que los jóvenes no se inscriban en los registros electorales. Su teoría es que existe una “aversión” al “compromiso por toda la vida, en particular si se trata de causas colectivas”. Y cita: “Gilles Lipovetsky dice que estamos en una era en la cual se repudia la retórica del deber total, eterno, colectivo y se exacerban, en cambio, los derechos al deseo, a la realización inmediata, a la autonomía. En este paisaje, ¿por qué inscribirse, por qué votar?”, señala instando a acostumbrarse a que, desde su perspectiva, los jóvenes definitivamente no se inscribirán ni participarán de los procesos importantes para definir y mucho menos conducir el futuro del país.
Nuevamente cabe la pregunta. ¿Qué tipo de país es Chile hoy? Sin duda uno afectado por un estrés post-traumático cuyos trastornos están a la vista: "Reviviscencia" repetitiva del evento, lo cual perturba las actividades diarias, evasión, excitación, sentimientos de culpa, ansiedad, estrés, tensión, según lo definen los médicos. Todos síntomas que sin duda los podemos asociar particular y más intensamente en septiembre, mes que anualmente acentúa y hace más evidente las diferencias que nos mantienen divididos.
También lo están las características e impactos de un modelo económico neo-liberal que asolapadamente ha ido instalando el sistema capitalista que predomina en el mundo y cuyo fin es la obtención de ganancias por sobre la satisfacción de las necesidades sociales, cualquiera sean éstas. ¿Y qué conlleva? Indiferencia, apatía, rivalidades, conductas individualistas, cultura consumista, ignorancia, falta de participación, farándula, etc. En definitiva, una serie de “bengalas” que mantienen desinformada a la población, que la mantienen aletargada, entretenida pero alejada de lo trascendente, lejos de interesarse por temas que le empoderen para definir su futuro. Ese es el Chile de hoy.
Chile necesita una urgente caracterización psicosocial para determinar las patologías que como sociedad nos afectan y sanar las profundas heridas que persisten. Si hacemos una analogía con las adicciones, podríamos concluir que Chile se encuentra en un estado “contemplativo” en el cual existe consciencia de lo vivido, de las consecuencias, pero estamos inmovilizados. Necesitamos con urgencia pasar a etapas superiores, a la decisión y luego a la acción, esa que nos llevará a la rehabilitación y sanación.
Si no nos enfrentamos con nosotros mismos, seguiremos buscando explicaciones en grandes filósofos, pero evadiendo la raíz del problema que hoy por ejemplo, nos enfrenta a un proceso electoral en el que mas allá de las encuestas, su resultado es incierto porque no tenemos explicaciones reales para muchos fenómenos que estamos viviendo.
Tal vez será sólo entonces, sólo cuando hayamos sanado las heridas, cuando recién podamos convocar a los jóvenes al debate del país que realmente queremos construir.
Publicado el 20 de septiembre de 2009
Me abruma ser protagonista de lo absurdo. Me consume en impotencia y frustración ser testigo de un período de la historia en que se genera mucho ruido; se oye, pero no se escucha. Un país donde las “bengalas” tienen obnubilada a la población, donde los sociólogos evocan a filósofos múltiples buscando inútilmente respuestas para los fenómenos sociales que aquejan a la sociedad. Una sociedad donde cada día se hace más evidente que la “comunicación efectiva” no está funcionando.
Chile es hoy un país profundamente “incomunicado”. La introducción a la psicología define conductas que consciente o inconscientemente son utilizadas para llamar la atención. Eso es precisamente lo que hoy hacen quienes utilizan las más diversas formas y mecanismos para hacerse notar socialmente haciendo noticia por protestas, graffiti, encapuchados, ocupas, molotov, y jóvenes que aumentan en su consumo de drogas, alcohol y apatía por participar de procesos sociales y políticos.
“Si camino no hablar….”, con la imagen de un indio con su oído apegado al pavimento fue un comercial famoso en los ochentas. Hoy esa imagen grafica –a mi juicio- la “lectura más fina” que como sociedad debiéramos hacer de lo que está ocurriendo, del período de la historia del cual estamos siendo protagonistas. Chile nuevamente cambió y aún no somos capaces de detenernos para tratar de entender hacia dónde, cómo ni por qué.
Eugenio Tironi dice que hay que acostumbrarse a que los jóvenes no se inscriban en los registros electorales. Su teoría es que existe una “aversión” al “compromiso por toda la vida, en particular si se trata de causas colectivas”. Y cita: “Gilles Lipovetsky dice que estamos en una era en la cual se repudia la retórica del deber total, eterno, colectivo y se exacerban, en cambio, los derechos al deseo, a la realización inmediata, a la autonomía. En este paisaje, ¿por qué inscribirse, por qué votar?”, señala instando a acostumbrarse a que, desde su perspectiva, los jóvenes definitivamente no se inscribirán ni participarán de los procesos importantes para definir y mucho menos conducir el futuro del país.
Nuevamente cabe la pregunta. ¿Qué tipo de país es Chile hoy? Sin duda uno afectado por un estrés post-traumático cuyos trastornos están a la vista: "Reviviscencia" repetitiva del evento, lo cual perturba las actividades diarias, evasión, excitación, sentimientos de culpa, ansiedad, estrés, tensión, según lo definen los médicos. Todos síntomas que sin duda los podemos asociar particular y más intensamente en septiembre, mes que anualmente acentúa y hace más evidente las diferencias que nos mantienen divididos.
También lo están las características e impactos de un modelo económico neo-liberal que asolapadamente ha ido instalando el sistema capitalista que predomina en el mundo y cuyo fin es la obtención de ganancias por sobre la satisfacción de las necesidades sociales, cualquiera sean éstas. ¿Y qué conlleva? Indiferencia, apatía, rivalidades, conductas individualistas, cultura consumista, ignorancia, falta de participación, farándula, etc. En definitiva, una serie de “bengalas” que mantienen desinformada a la población, que la mantienen aletargada, entretenida pero alejada de lo trascendente, lejos de interesarse por temas que le empoderen para definir su futuro. Ese es el Chile de hoy.
Chile necesita una urgente caracterización psicosocial para determinar las patologías que como sociedad nos afectan y sanar las profundas heridas que persisten. Si hacemos una analogía con las adicciones, podríamos concluir que Chile se encuentra en un estado “contemplativo” en el cual existe consciencia de lo vivido, de las consecuencias, pero estamos inmovilizados. Necesitamos con urgencia pasar a etapas superiores, a la decisión y luego a la acción, esa que nos llevará a la rehabilitación y sanación.
Si no nos enfrentamos con nosotros mismos, seguiremos buscando explicaciones en grandes filósofos, pero evadiendo la raíz del problema que hoy por ejemplo, nos enfrenta a un proceso electoral en el que mas allá de las encuestas, su resultado es incierto porque no tenemos explicaciones reales para muchos fenómenos que estamos viviendo.
Tal vez será sólo entonces, sólo cuando hayamos sanado las heridas, cuando recién podamos convocar a los jóvenes al debate del país que realmente queremos construir.
Con profunda tristeza
Por: Mirna Concha, periodista
Publicado el 18 de enero de 2010
Hoy me embarga una profunda tristeza. No es que la derecha nos haya ganado. Es que no fuimos capaces de entender que esta vez no se trataba solo de elegir un Presidente. La pequeñez, el egocentrismo, el individualismo, el personalismo, se apoderaron de nosotros. Nos nublaron la visión colectiva, de país, de futuro, de memoria y de historia.
Tengo mucha pena. No por haber perdido el gobierno, porque tal vez lo merecemos, sino porque la derecha -que en si misma claramente no es opción de gobierno pues no es fortuito que hayan pasado 50 años sin llegar democráticamente a La Moneda- una vez más usó de manera exitosa todas sus herramienta para dividirnos, para quebrar aquel movimiento sólido que se forjó en torno a una dolorosa dictadura, esa que nos dejó tantísimas víctimas. ¿Qué le decimos hoy a Manuel Guerrero, a José Manuel Parada, a Santiago Nattino, a Oscar Fuentes, a Víctor Jara, a Rodrigo Rojas, a Mario Martínez, a los hermanos Vergara Toledo, y a tantos otros? Lo único que les podemos decir es que les fallamos!
Tengo mucho dolor porque hoy los dedos acusatorios sobrarán. También los planteamientos y proyectos de cómo replantearse el futuro. Pero no así la autocrítica.
Me duele ver como hoy Claudio Orrego, Carolina Tohá y Ricardo Lagos Weber son puestos en la primera línea para asumir la derrota de la Concertación como proyecto político. Ricardo Lagos Escobar plantea que las nuevas generaciones son las llamadas a construir el proyecto de futuro. ¿Hace cuánto tiempo que se venía planteando la urgente necesidad de recambio?
NADIE ESCUCHO. Qué fácil parece ser hoy traspar esta herencia política a la generación que viene. Qué terrible tener la responsabilidad de rearmar un movimiento cuando por la fuerza de los hechos quienes debieron entregarlo a tiempo no lo hicieron y hoy ya anticipan una "generosa jubilación” de la política. Me pregunto si esa misma "generosidad" se hubiese manifestado si el resultado hubiese sido otro.
Que pena por Chile.
Publicado el 18 de enero de 2010
Hoy me embarga una profunda tristeza. No es que la derecha nos haya ganado. Es que no fuimos capaces de entender que esta vez no se trataba solo de elegir un Presidente. La pequeñez, el egocentrismo, el individualismo, el personalismo, se apoderaron de nosotros. Nos nublaron la visión colectiva, de país, de futuro, de memoria y de historia.
Tengo mucha pena. No por haber perdido el gobierno, porque tal vez lo merecemos, sino porque la derecha -que en si misma claramente no es opción de gobierno pues no es fortuito que hayan pasado 50 años sin llegar democráticamente a La Moneda- una vez más usó de manera exitosa todas sus herramienta para dividirnos, para quebrar aquel movimiento sólido que se forjó en torno a una dolorosa dictadura, esa que nos dejó tantísimas víctimas. ¿Qué le decimos hoy a Manuel Guerrero, a José Manuel Parada, a Santiago Nattino, a Oscar Fuentes, a Víctor Jara, a Rodrigo Rojas, a Mario Martínez, a los hermanos Vergara Toledo, y a tantos otros? Lo único que les podemos decir es que les fallamos!
Tengo mucho dolor porque hoy los dedos acusatorios sobrarán. También los planteamientos y proyectos de cómo replantearse el futuro. Pero no así la autocrítica.
Me duele ver como hoy Claudio Orrego, Carolina Tohá y Ricardo Lagos Weber son puestos en la primera línea para asumir la derrota de la Concertación como proyecto político. Ricardo Lagos Escobar plantea que las nuevas generaciones son las llamadas a construir el proyecto de futuro. ¿Hace cuánto tiempo que se venía planteando la urgente necesidad de recambio?
NADIE ESCUCHO. Qué fácil parece ser hoy traspar esta herencia política a la generación que viene. Qué terrible tener la responsabilidad de rearmar un movimiento cuando por la fuerza de los hechos quienes debieron entregarlo a tiempo no lo hicieron y hoy ya anticipan una "generosa jubilación” de la política. Me pregunto si esa misma "generosidad" se hubiese manifestado si el resultado hubiese sido otro.
Que pena por Chile.
Una operación con "guante blanco"
Por: Mirna Concha, periodista
Publicado el 15 de diciembre de 2009
La política es como un partido de ajedrez. Las piezas se mueven según la partida del adversario, de un objetivo y de variables estrategias. A diferencia del tablero, en la vida real todo vale. Maquiavelo cobra relevancia: “el fin justifica los medios”.
En pleno Siglo XXI un golpe de Estado no solo es inaceptable, sino que demasiado impopular dado el sello con que éstos pasaron a la historia reciente. Hoy si bien los protagonistas son esencialmente los mismos, son otras las “armas”, tal vez -e incluso- más peligrosas por lo desconocidas y sórdidas.
Estamos ante un escenario en que la coronación puede estar ad-portas. Probablemente el tema ni siquiera requirió de tanto análisis por parte de ideólogos y estrategas, ya que la irrupción de los “díscolos” fue la primera fisura a potenciar. Luego vendría el candidato con personalidad y ambiciones fáciles de moldear. Solo faltaban los recursos para provocar -con “guante blanco”- el quiebre de la Concertación.
Los medios de comunicación estaban a disposición para posicionar la estratagema moderna del Caballo de Troya e instalar así la sensación ambiente, incluyendo el bombardeo de encuestas que terminó no sólo por desprestigiar el instrumento, sino además por marear y confundir a la masa votante. Esto, más allá del mea culpa que obviamente se debe hacer al interior de la Concertación por no haber dado “tiraje” al recambio político ni haber aceptado el proceso de primarias internas para elegir al candidato, entre otros temas.
Una vez instalado, desde el interior del Caballo de Troya –como los guerreros griegos- irrumpe el empresario Max Marambio vinculado a la derecha no solo en lo político, sino también en lo económico y en lo familiar (casado con Esperanza Cueto, miembro de uno de los grupos económicos más poderosos de Chile y principal accionista de LAN con 36,8%, seguido por Sebastián Piñera, con 26,4 por ciento).
Hace algunos días la prensa publicó que Marambio participó de la celebración de un cumpleaños de Piñera en casa de su común e íntimo amigo Ignacio González. Ayer el vespertino La Segunda, al dar cuenta en su página 13 de las celebraciones post-elecciones, comentó como –después de la celebración de “piñeristas” en el Tiramisú- el mismo González, junto a Ignacio Cueto (cuñado de Marambio) y Jorge Errázuriz, acudieron a la casa del ex GAP, donde también había festejos. ¿Los motivarían las mismas razones? Nadie lo puede afirmar, pero lo concreto es que según el vespertino “todos ingresaron saludando y felicitando al dueño de casa por los resultados obtenidos”, y agrega que “en todo caso, su presencia no fue el único contacto entre ambos comandos, ya que altos personeros del equipo de Enríquez-Ominami llamaron al mismo Piñera para congratularlo por el 44% obtenido”.
En política nada es coincidencia ni casualidad. No lo fueron esas celebraciones, como tampoco la empatía mostrada entre Piñera y MEO durante los debates. No lo fue el eslogan del “cambio”, tampoco lo son las repercusiones que a nivel internacional tienen los procesos electorales. El mundo nos ha estado observando. Desde hace unos meses se da por ganador a Piñera en Estados Unidos y en Europa. ¿Será que además hay que “impedir” –a como de lugar- que el cono sur una vez más se “tiña de rojo”?
La “operación” de sacar con “guante blanco” a la Concertación de La Moneda sigue su curso. Lo lamentable: se ha jugado con el idealismo de miles de chilenos, que creyeron en Enríquez-Ominami desconociendo las maquiavélicas intenciones de Marambio y sus vínculos con los grupos económicos más poderosos de Chile.
Desgraciadamente el desprestigio de la política hoy nos pone en un escenario complejo, donde las confianzas han sido quebrantadas, donde los “heridos y lesionados” son todavía inmensurables.
Publicado el 15 de diciembre de 2009
La política es como un partido de ajedrez. Las piezas se mueven según la partida del adversario, de un objetivo y de variables estrategias. A diferencia del tablero, en la vida real todo vale. Maquiavelo cobra relevancia: “el fin justifica los medios”.
En pleno Siglo XXI un golpe de Estado no solo es inaceptable, sino que demasiado impopular dado el sello con que éstos pasaron a la historia reciente. Hoy si bien los protagonistas son esencialmente los mismos, son otras las “armas”, tal vez -e incluso- más peligrosas por lo desconocidas y sórdidas.
Estamos ante un escenario en que la coronación puede estar ad-portas. Probablemente el tema ni siquiera requirió de tanto análisis por parte de ideólogos y estrategas, ya que la irrupción de los “díscolos” fue la primera fisura a potenciar. Luego vendría el candidato con personalidad y ambiciones fáciles de moldear. Solo faltaban los recursos para provocar -con “guante blanco”- el quiebre de la Concertación.
Los medios de comunicación estaban a disposición para posicionar la estratagema moderna del Caballo de Troya e instalar así la sensación ambiente, incluyendo el bombardeo de encuestas que terminó no sólo por desprestigiar el instrumento, sino además por marear y confundir a la masa votante. Esto, más allá del mea culpa que obviamente se debe hacer al interior de la Concertación por no haber dado “tiraje” al recambio político ni haber aceptado el proceso de primarias internas para elegir al candidato, entre otros temas.
Una vez instalado, desde el interior del Caballo de Troya –como los guerreros griegos- irrumpe el empresario Max Marambio vinculado a la derecha no solo en lo político, sino también en lo económico y en lo familiar (casado con Esperanza Cueto, miembro de uno de los grupos económicos más poderosos de Chile y principal accionista de LAN con 36,8%, seguido por Sebastián Piñera, con 26,4 por ciento).
Hace algunos días la prensa publicó que Marambio participó de la celebración de un cumpleaños de Piñera en casa de su común e íntimo amigo Ignacio González. Ayer el vespertino La Segunda, al dar cuenta en su página 13 de las celebraciones post-elecciones, comentó como –después de la celebración de “piñeristas” en el Tiramisú- el mismo González, junto a Ignacio Cueto (cuñado de Marambio) y Jorge Errázuriz, acudieron a la casa del ex GAP, donde también había festejos. ¿Los motivarían las mismas razones? Nadie lo puede afirmar, pero lo concreto es que según el vespertino “todos ingresaron saludando y felicitando al dueño de casa por los resultados obtenidos”, y agrega que “en todo caso, su presencia no fue el único contacto entre ambos comandos, ya que altos personeros del equipo de Enríquez-Ominami llamaron al mismo Piñera para congratularlo por el 44% obtenido”.
En política nada es coincidencia ni casualidad. No lo fueron esas celebraciones, como tampoco la empatía mostrada entre Piñera y MEO durante los debates. No lo fue el eslogan del “cambio”, tampoco lo son las repercusiones que a nivel internacional tienen los procesos electorales. El mundo nos ha estado observando. Desde hace unos meses se da por ganador a Piñera en Estados Unidos y en Europa. ¿Será que además hay que “impedir” –a como de lugar- que el cono sur una vez más se “tiña de rojo”?
La “operación” de sacar con “guante blanco” a la Concertación de La Moneda sigue su curso. Lo lamentable: se ha jugado con el idealismo de miles de chilenos, que creyeron en Enríquez-Ominami desconociendo las maquiavélicas intenciones de Marambio y sus vínculos con los grupos económicos más poderosos de Chile.
Desgraciadamente el desprestigio de la política hoy nos pone en un escenario complejo, donde las confianzas han sido quebrantadas, donde los “heridos y lesionados” son todavía inmensurables.
Desapego por la democracia: consecuencia de la cultura desechable
Por: Mirna Concha, periodista
Publicado el 29 de noviembre de 2009
Observo el desarrollo de la campaña electoral y me invade una sensación extraña. Pareciera que el 13 de diciembre se nos irá la vida y que con ello al día siguiente habrá que contabilizar lesionados, heridos y por qué no, también muertos que queden de esta contienda. ¡Qué espectáculo estamos dando como país!
Es que el antiguo refrán de “la ropa sucia se lava en casa” quedó out. Esta vez “se ha tirado toda la carne a la parrilla” y “se han sacado todos los trapitos al sol”. Eso no es malo, pero si de refranes populares se trata, los hechos acontecidos recientemente también traen a la memoria aquel que reza “los árboles no dejan ver el bosque”.
Hace algunas semanas un estudio de Economist Ingelligenca (EIU) situó a Chile en el lugar número 19 del mundo donde se vive más pacíficamente y como la nación más segura de la región.
En estos días vimos en Enade a los empresarios más destacados e influyentes expresando optimismo respecto del futuro económico del país. Ahora la CEPAL, en su informe “Panorama social de América Latina”, destaca los avances sociales que permitieron a Chile sortear de mejor forma que otros la crisis económica, y anticipa que para el próximo año, el del bicentenario, se estima un crecimiento del PIB de entre un 3% a un 3,5%.
Es verdad que todo no es color de rosas, y no podría serlo tampoco, pues el equilibrio que mueve al mundo y a los seres humanos, lo tenemos a diario a la vista mostrándonos guerras, hambruna, pobreza, epidemias, injusticias y desamor. El tema es cómo o cuánto valoramos y protegemos lo construido, teniendo presente por cierto todo lo que resta por corregir.
Es que los chilenos parecen satisfechos “con el funcionamiento de la democracia y con la situación económica”, decía ya en 2002, en “Chile – El arraigo de la democracia en la vida cotidiana” Norbert Lechner, cientista político, abogado e investigador de Desarrollo Humano del PNUD, pero agregaba que, no obstante, “parece que muchos ciudadanos le otorgan una importancia mayor a la solución de sus problemas que a la continuidad del régimen democrático”.
A su juicio, la indiferencia de los chilenos frente a la democracia podría estar motivada, entre otras razones, “por la distancia existente entre la experiencia cotidiana de la gente y la democracia. Sostengo la hipótesis que esa brecha sería el producto de los cambios culturales de nuestra época. Me refiero a los cambios rápidos y profundos en las maneras prácticas de “vivir juntos” sin que, al mismo tiempo, las personas hubieran reformulado las representaciones colectivas que se hacen de la sociedad”.
Norbert Lechner falleció el 2004 pero su trabajo es sin duda una contribución a la necesaria caracterización psicosocial que tal vez nos puede ayudar a cruzar el umbral y comenzar a entender el país en que vivimos y el que queremos construir.
Ojala que Oscar Guillermo Garretón se equivoque y que no haya que perder la democracia para valorarla.
Publicado el 29 de noviembre de 2009
Observo el desarrollo de la campaña electoral y me invade una sensación extraña. Pareciera que el 13 de diciembre se nos irá la vida y que con ello al día siguiente habrá que contabilizar lesionados, heridos y por qué no, también muertos que queden de esta contienda. ¡Qué espectáculo estamos dando como país!
Es que el antiguo refrán de “la ropa sucia se lava en casa” quedó out. Esta vez “se ha tirado toda la carne a la parrilla” y “se han sacado todos los trapitos al sol”. Eso no es malo, pero si de refranes populares se trata, los hechos acontecidos recientemente también traen a la memoria aquel que reza “los árboles no dejan ver el bosque”.
Hace algunas semanas un estudio de Economist Ingelligenca (EIU) situó a Chile en el lugar número 19 del mundo donde se vive más pacíficamente y como la nación más segura de la región.
En estos días vimos en Enade a los empresarios más destacados e influyentes expresando optimismo respecto del futuro económico del país. Ahora la CEPAL, en su informe “Panorama social de América Latina”, destaca los avances sociales que permitieron a Chile sortear de mejor forma que otros la crisis económica, y anticipa que para el próximo año, el del bicentenario, se estima un crecimiento del PIB de entre un 3% a un 3,5%.
Es verdad que todo no es color de rosas, y no podría serlo tampoco, pues el equilibrio que mueve al mundo y a los seres humanos, lo tenemos a diario a la vista mostrándonos guerras, hambruna, pobreza, epidemias, injusticias y desamor. El tema es cómo o cuánto valoramos y protegemos lo construido, teniendo presente por cierto todo lo que resta por corregir.
Es que los chilenos parecen satisfechos “con el funcionamiento de la democracia y con la situación económica”, decía ya en 2002, en “Chile – El arraigo de la democracia en la vida cotidiana” Norbert Lechner, cientista político, abogado e investigador de Desarrollo Humano del PNUD, pero agregaba que, no obstante, “parece que muchos ciudadanos le otorgan una importancia mayor a la solución de sus problemas que a la continuidad del régimen democrático”.
A su juicio, la indiferencia de los chilenos frente a la democracia podría estar motivada, entre otras razones, “por la distancia existente entre la experiencia cotidiana de la gente y la democracia. Sostengo la hipótesis que esa brecha sería el producto de los cambios culturales de nuestra época. Me refiero a los cambios rápidos y profundos en las maneras prácticas de “vivir juntos” sin que, al mismo tiempo, las personas hubieran reformulado las representaciones colectivas que se hacen de la sociedad”.
Norbert Lechner falleció el 2004 pero su trabajo es sin duda una contribución a la necesaria caracterización psicosocial que tal vez nos puede ayudar a cruzar el umbral y comenzar a entender el país en que vivimos y el que queremos construir.
Ojala que Oscar Guillermo Garretón se equivoque y que no haya que perder la democracia para valorarla.
¿Será tan difícil ser humilde? Aún estamos a tiempo...
Por: Mirna Concha, periodista
Publicado el 3 de enero de 2010
Siento mucho dolor al leer dia a dia reacciones soverbias, duras, faltas de humildad, de autocrítica, de unidad. Entiendo perfectamente que el escenario político cambió el 13 de diciembre cuando Chile se expresó. Pero también entiendo que estamos ad-portas de ser protagonistas de un nuevo cambio histórico el 17 de enero.
¿Acaso somos incapáces de escucharnos? ¿Es tanta la rabia que hemos acumulado unos con otros en estos 20 años? ¿Son tantas las diferencias? ¿Más que las cosas que nos unen? Me preocupa tremendamente la agresividad que percibo, sobre todo porque de ganar Piñera -cosa que dudo- seremos protagonistas de un lamentable espectáculo: la "noche de los cuchillos largos", en la que todos pedirán las cabezas de todos, las culpas serán transferidas de una coalición a otra, pero nadie se detendrá a analizar qué hicimos de verdad, colectivamente, generosamente, unitariamente para evitar dicha situación. Como escribía hoy Rossana Cárcamo, ¿qué le diremos a nuestros hijos y nietos?
Más allá de la postura individual que adoptarán quienes apoyaron a Marco en primera vuelta, me inquieta que de verdad nos detengamos a escuchar cuál era su real expresión, esa de fondo, la que claramente se vio cubierta por otros escenarios. Es que podemos discrepar en la forma, pero ellos planteaban la urgente necesidad de renovación en la política, planteamiento que estoy segura la mayoría de nosotros comparte.
Lo mismo con el Juntos Podemos, que si bien hoy dio el vamos al comando de izquierda por más democracia contra Piñera, también tiene planteamientos claros y categóricos que manifestar para el Chile del futuro. Más aún hoy con tres parlamentarios electos.
No creo que sea justo transferir responsabilidades, apuntar con el dedo. Creo que al revés, hay que asumirlas. El ex parlamentario y ex ministro Andrés Zaldivar lo ha dicho: "La elección será estrecha por culpa de la propia Concertación, pero va a ganar Frei".
El Senador Juan Pablo Letelier ha señalado que "no hay peor sordo que el que no quiere oir". Pero aún estamos a tiempo de escuchar. No da lo mismo quien gobierne e -insisto- estoy segura que Chile no se equivocará en su opción, pero es de una inmensa soberbia y un error político garrafal considerar que sólo fue "una rabieta" o "un gustito" lo expresado en el 6,21% que respaldó a Jorge Arrate y el 20,13% que estuvo con Marco Enríquez-Ominami.
No confundamos al enemigo. El 18 de enero el escenario político habrá cambiado, gane quien gane. Y ahi debemos iniciar rapidamente las transformaciones haciéndonos eco de lo expresado por ese 26,34 por ciento, ¡cifra no menor!
Solo así, escuchándonos, con respeto, con humildad, con propuestas, con generosidad y unidad, podremos construir el Chile del futuro, con historia y con memoria. ¡Ese es el desafío!
Publicado el 3 de enero de 2010
Siento mucho dolor al leer dia a dia reacciones soverbias, duras, faltas de humildad, de autocrítica, de unidad. Entiendo perfectamente que el escenario político cambió el 13 de diciembre cuando Chile se expresó. Pero también entiendo que estamos ad-portas de ser protagonistas de un nuevo cambio histórico el 17 de enero.
¿Acaso somos incapáces de escucharnos? ¿Es tanta la rabia que hemos acumulado unos con otros en estos 20 años? ¿Son tantas las diferencias? ¿Más que las cosas que nos unen? Me preocupa tremendamente la agresividad que percibo, sobre todo porque de ganar Piñera -cosa que dudo- seremos protagonistas de un lamentable espectáculo: la "noche de los cuchillos largos", en la que todos pedirán las cabezas de todos, las culpas serán transferidas de una coalición a otra, pero nadie se detendrá a analizar qué hicimos de verdad, colectivamente, generosamente, unitariamente para evitar dicha situación. Como escribía hoy Rossana Cárcamo, ¿qué le diremos a nuestros hijos y nietos?
Más allá de la postura individual que adoptarán quienes apoyaron a Marco en primera vuelta, me inquieta que de verdad nos detengamos a escuchar cuál era su real expresión, esa de fondo, la que claramente se vio cubierta por otros escenarios. Es que podemos discrepar en la forma, pero ellos planteaban la urgente necesidad de renovación en la política, planteamiento que estoy segura la mayoría de nosotros comparte.
Lo mismo con el Juntos Podemos, que si bien hoy dio el vamos al comando de izquierda por más democracia contra Piñera, también tiene planteamientos claros y categóricos que manifestar para el Chile del futuro. Más aún hoy con tres parlamentarios electos.
No creo que sea justo transferir responsabilidades, apuntar con el dedo. Creo que al revés, hay que asumirlas. El ex parlamentario y ex ministro Andrés Zaldivar lo ha dicho: "La elección será estrecha por culpa de la propia Concertación, pero va a ganar Frei".
El Senador Juan Pablo Letelier ha señalado que "no hay peor sordo que el que no quiere oir". Pero aún estamos a tiempo de escuchar. No da lo mismo quien gobierne e -insisto- estoy segura que Chile no se equivocará en su opción, pero es de una inmensa soberbia y un error político garrafal considerar que sólo fue "una rabieta" o "un gustito" lo expresado en el 6,21% que respaldó a Jorge Arrate y el 20,13% que estuvo con Marco Enríquez-Ominami.
No confundamos al enemigo. El 18 de enero el escenario político habrá cambiado, gane quien gane. Y ahi debemos iniciar rapidamente las transformaciones haciéndonos eco de lo expresado por ese 26,34 por ciento, ¡cifra no menor!
Solo así, escuchándonos, con respeto, con humildad, con propuestas, con generosidad y unidad, podremos construir el Chile del futuro, con historia y con memoria. ¡Ese es el desafío!
Seamos serios y responsables
Por: Mirna Concha, periodista
Publicado el 2 de noviembre de 2009
Desde hace tiempo existe conciencia de la urgente necesidad del "recambio" político y la necesidad de replantearse el futuro.
Hace mas o menos 5 años que existe el Movimiento Generación G80. Desde Noviembre 08 nos hemos reunido en torno a otro grupo, también ochentero en el que han participado dirigentes históricos como Germán Quintana, Gonzalo Rovira, Humberto Buroto, Alvaro Riffo, Ricardo Brodsky, Iván Paez, Claudio Orrego, Sergio Micco, Angel Domper, Juan Carlos Jorquera, José Campusano, Pablo Schindler, Javier Sáez, Rubén Dueñas, Guillermo Díaz, Mariano Rendón, Yerko Ljubetic, Manuel Guerrero, Mauricio Tolosa, entre muchos, muchos otros, de todas las tendencias políticas y no necesariamente militantes. El mismo Marco Enríquez-Ominami y Esteban Valenzuela asistieron al foro-debate que se realizó el pasado 20 de diciembre.
En enero de este año suspendimos los foro-debates que se hacen en el Salón Domeyko de la Casa Central de la U. de Chile, precisamente por esto, porque cada cual tenía su corazón y posición ante esta contingencia electoral. .
En mi opinión -muy personal, por lo demás- no es justo usar la URGENTE NECESIDAD DE RECAMBIO como tema de la campaña que ya ha tomado su propio curso. Ese es precisamente un tema serio, de futuro, de largo plazo....no se puede utilizar ni mezclar con la pasión de la contingencia de una campaña que ya se echó a rodar y cuyo resultado tendremos en pocas semanas.
Hasta existen ambos grupos en facebook:
http://www.facebook.com/home.php?ref=home#/pages/Movimiento-Generacion-80-G80/50708234221?ref=ts
http://www.facebook.com/home.php?ref=home#/group.php?gid=27941834573&ref=ts
La Concertación cumplió hace mucho rato el objetivo y la misión por y para la cual nació. Lo hemos dicho hace mucho tiempo, para nadie es sorpresa. Lo ha hecho bien y mal, como cualquier gobierno lo haría. Tiene avances en algunas materias y no tanto en otras por múltiples razones que sería largo detallar.
Sin embargo GANE O PIERDA la Concertación el recambio es URGENTE. Es urgente, CONSTRUIR sobre los cimientos de la historia, de la memoria, con miras al futuro, pero teniendo una clara caracterización psicosocial del pais en que vivimos HOY.
Solo así podremos convocar y ser alternativa ...Seamos serios y responsables, la construcción del Chile del futuro nos compete a todos.
Publicado el 2 de noviembre de 2009
Desde hace tiempo existe conciencia de la urgente necesidad del "recambio" político y la necesidad de replantearse el futuro.
Hace mas o menos 5 años que existe el Movimiento Generación G80. Desde Noviembre 08 nos hemos reunido en torno a otro grupo, también ochentero en el que han participado dirigentes históricos como Germán Quintana, Gonzalo Rovira, Humberto Buroto, Alvaro Riffo, Ricardo Brodsky, Iván Paez, Claudio Orrego, Sergio Micco, Angel Domper, Juan Carlos Jorquera, José Campusano, Pablo Schindler, Javier Sáez, Rubén Dueñas, Guillermo Díaz, Mariano Rendón, Yerko Ljubetic, Manuel Guerrero, Mauricio Tolosa, entre muchos, muchos otros, de todas las tendencias políticas y no necesariamente militantes. El mismo Marco Enríquez-Ominami y Esteban Valenzuela asistieron al foro-debate que se realizó el pasado 20 de diciembre.
En enero de este año suspendimos los foro-debates que se hacen en el Salón Domeyko de la Casa Central de la U. de Chile, precisamente por esto, porque cada cual tenía su corazón y posición ante esta contingencia electoral. .
En mi opinión -muy personal, por lo demás- no es justo usar la URGENTE NECESIDAD DE RECAMBIO como tema de la campaña que ya ha tomado su propio curso. Ese es precisamente un tema serio, de futuro, de largo plazo....no se puede utilizar ni mezclar con la pasión de la contingencia de una campaña que ya se echó a rodar y cuyo resultado tendremos en pocas semanas.
Hasta existen ambos grupos en facebook:
http://www.facebook.com/ho
http://www.facebook.com/ho
La Concertación cumplió hace mucho rato el objetivo y la misión por y para la cual nació. Lo hemos dicho hace mucho tiempo, para nadie es sorpresa. Lo ha hecho bien y mal, como cualquier gobierno lo haría. Tiene avances en algunas materias y no tanto en otras por múltiples razones que sería largo detallar.
Sin embargo GANE O PIERDA la Concertación el recambio es URGENTE. Es urgente, CONSTRUIR sobre los cimientos de la historia, de la memoria, con miras al futuro, pero teniendo una clara caracterización psicosocial del pais en que vivimos HOY.
Solo así podremos convocar y ser alternativa ...Seamos serios y responsables, la construcción del Chile del futuro nos compete a todos.
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