Mañana de domingo. Soleado, día primaveral por fin en Temuco, aunque las heladas se sentirán en cuanto el sol se deje caer. Despierto revisando la prensa. Me encuentro con una extensa entrevista a Piñera donde habla de todo y casi al final del texto, cayéndose y casi sin mayor relevancia, menciona que recibirá la propuesta de la iglesia católica y sólo se tomará algunos días -no semanas- en resolver. ¿Tan liviana puede ser una decisión que en lo medular -dejar en libertad a condenados por violaciones a derechos humanos- repercute en una parte importante de ciudadanos afectados por la historia reciente de nuestro país? También me cuestiono cuánto este tema, en realidad, le importa hoy a Chile.
Luego reviso este espacio. Me encuentro con diversos mensajes matinales. Capta mi atención uno en particular. "Todo el mundo preocupado de cómo comenzar (a escribir, un hogar, un jardín, criar hijos, el nuevo trabajo) pero la etapa principal es cómo seguir, consolidar, robustecer, regar, cuidar, trabajar para la cosechar", Zoltan Karpathy.
Me sirvo un café y observo Estado Nacional de TVN. Excelente participación del cientista político Alfredo Joignant. Del resto de los panelistas....mucho que desear en su preparación para un debate político de tan alto rating nacional e internacional. Igual me alegra ver que por lo menos ese espacio aún no ha sufrido censuras.
En el marco del debate sobre el aumento de la pobreza -resultado de la encuesta CASEN y la creación del nuevo Ministerio Social-, el Ministro Felipe Kast desliza -o más bien se le sale sin querer- que el ex Director de Presupuesto del gobierno de Lagos, el socialista Mario Marcel, está trabajando con ellos, que les “está colaborando en algunas cosas”, para el diseño del Ministerio Social.
Lo de Marcel se suma a varios otros militantes -o ex militantes- de partidos de la Concertación que han asumido la "gesta histórica de la nueva forma de gobernar, del nuevo gobierno de unidad nacional". Esto no sólo ocurre en Santiago, también a nivel regional.
Anoche con un antiguo amigo de la época de la dictadura, de la promoción, defensa y lucha por los derechos humanos, conversábamos de por qué la gente no está hablando de política, de por qué nadie está hablado de futuro, de por qué no hay propuestas. ¿Qué ocurre? Claro está que cada cual está en su pequeño "medio metro" tratando de sobrevivir.
Estamos siendo protagonistas de una época extraña, histórica, donde es hora de que la Concertación entienda que la derrota fue mucho más profunda que haber perdido el gobierno el 16 de enero. Es hora de que de una vez por todas los partidos políticos comprendan que la Concertación -como proyecto político, con lo bueno y lo malo- cumplió con creces las razones que le dieron vida. Mientras más pronto se asuma, se le ponga la lápida y los partidos políticos comiencen a escuchar lo que realmente ocurre en el Chile real, sólo entonces podremos volver a construir una propuesta de sociedad que realmente marque diferencias. El hecho de que haya varios ex concertacionistas en el gobierno revela que al parecer las diferencias eran sólo de matices.
Hoy hay que educar, encantar y volver a tener la capacidad de convocar. Ese debiera ser el gran desafío de los partidos políticos. Claro está que eso no ocurrirá mientras no salgan de su burbuja y se den cuenta que no están en sintonía real con la gente, con el país, cuando se den cuenta de que hay que construir, hacer propuestas de futuro, más que pasar tres años esperando que Michelle Bachelet vuelva a ser la candidata presidencial.
MIRNA CONCHA
Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.
domingo, 18 de julio de 2010
domingo, 11 de julio de 2010
Indulto a condenados por violaciones a DD.HH. ¿Qué esconde la "puesta en escena" de Piñera?
Por: Mirna Concha, periodista
Argumentando razones humanitarias (enfermedades, deplorable estado de salud y/o vejez, entre otros), el Comandante en Jefe del Ejército justificó ayer la posibilidad de que 209 condenados por violaciones a derechos humanos pudiesen ser beneficiados con el "Indulto Bicentenario" que solapadamente pretende incorporarles en el beneficio al que, además, podrían acceder condenados por otro tipo de delitos.
La noticia formal pasó prácticamente inadvertida. No tuvo grandes titulares, por el contrario. Fue lanzada al fervor del último partido de Chile en Sudáfrica. "Indulto Bicentenario: Iglesia pretende incluir a presos por violaciones a los derechos humanos. Gobierno se complica y deberá zanjar si los aplicará o no", fue la nota del diario electrónico Cambio 21. En ella, Cristián Precht, ex vicario de la Solidaridad, señalaba que "hay gente que está en la cárcel porque nunca los hemos perdonado: por delitos políticos, por DD.HH. ¿Seremos capaces como país de darnos la mano y empezar algo nuevo?", se preguntaba. ¿Seremos capaces? ¿Será esa la pregunta? O más bien ¿por qué deberíamos como sociedad aceptar que queden libres quienes tanto daño provocaron, quienes no tuvieron piedad en llevarse, desaparecer, asesinar o torturar a jóvenes, viejos, adultos, enfermos y mujeres embarazadas?
En los últimos días hemos sido testigos de la rebaja en la condena de Manuel Contreras y Pedro Espinoza por el crimen del General Carlos Prats y su esposa. ¿Por qué? ¡Claro! Hay quienes está conformes con el fallo por cuanto reconoce por vez primera que hubo "asociación ilícita". ¿Es suficiente eso para "transar" a todos los muertos, desaparecidos, torturados, presos y exiliados?
Luego, en un hecho insólito e inédito, el Ejército -por primera vez y curiosamente sin que nadie de la derecha -ni los más duros seguidores de Pinochet reaccionaran- reconoce que miembros de su institución cometieron estos crímenes, hace un "mea culpa" y solidariza con la familia Prats. Horas más tarde, Piñera -en Antofagasta, ciudad donde Pinochet era recibido con bombos y platillos- lo emula en el gesto y en una nueva actitud solapada expresa su "esperanza que habiéndose encontrado la verdad y habiendo pronunciado su veredicto la justicia, puedan al fin encontrar la paz, aquella por la cual han luchado durante tantos años".
¿Quiénes están detrás de toda esta "puesta en escena"? Me parece a lo menos extraño y curioso que a pocos días de que la Conferencia Episcopal entregue su propuesta a La Moneda, no se hayan escuchado voces condenatorias por parte de los partidos políticos (todos) ni de los parlamentarios (con algunas excepciones) y que la derecha esté tan silenciosa. ¿Qué se estarán negociando? Claramente faltan elementos para el análisis total.
"Razones humanitarias" mantuvieron a Pinochet fuera de la cárcel. Esta vez ese mismo argumento podría beneficiar a 209 condenados por violaciones a derechos humanos. Entre muchos otros, Alvaro Corbalán Castilla, Manuel Contreras Sepúlveda, el Brigadier Pedro Espinoza, Jorge Vargas Bories.
Argumentando razones humanitarias (enfermedades, deplorable estado de salud y/o vejez, entre otros), el Comandante en Jefe del Ejército justificó ayer la posibilidad de que 209 condenados por violaciones a derechos humanos pudiesen ser beneficiados con el "Indulto Bicentenario" que solapadamente pretende incorporarles en el beneficio al que, además, podrían acceder condenados por otro tipo de delitos.
La noticia formal pasó prácticamente inadvertida. No tuvo grandes titulares, por el contrario. Fue lanzada al fervor del último partido de Chile en Sudáfrica. "Indulto Bicentenario: Iglesia pretende incluir a presos por violaciones a los derechos humanos. Gobierno se complica y deberá zanjar si los aplicará o no", fue la nota del diario electrónico Cambio 21. En ella, Cristián Precht, ex vicario de la Solidaridad, señalaba que "hay gente que está en la cárcel porque nunca los hemos perdonado: por delitos políticos, por DD.HH. ¿Seremos capaces como país de darnos la mano y empezar algo nuevo?", se preguntaba. ¿Seremos capaces? ¿Será esa la pregunta? O más bien ¿por qué deberíamos como sociedad aceptar que queden libres quienes tanto daño provocaron, quienes no tuvieron piedad en llevarse, desaparecer, asesinar o torturar a jóvenes, viejos, adultos, enfermos y mujeres embarazadas?
En los últimos días hemos sido testigos de la rebaja en la condena de Manuel Contreras y Pedro Espinoza por el crimen del General Carlos Prats y su esposa. ¿Por qué? ¡Claro! Hay quienes está conformes con el fallo por cuanto reconoce por vez primera que hubo "asociación ilícita". ¿Es suficiente eso para "transar" a todos los muertos, desaparecidos, torturados, presos y exiliados?
Luego, en un hecho insólito e inédito, el Ejército -por primera vez y curiosamente sin que nadie de la derecha -ni los más duros seguidores de Pinochet reaccionaran- reconoce que miembros de su institución cometieron estos crímenes, hace un "mea culpa" y solidariza con la familia Prats. Horas más tarde, Piñera -en Antofagasta, ciudad donde Pinochet era recibido con bombos y platillos- lo emula en el gesto y en una nueva actitud solapada expresa su "esperanza que habiéndose encontrado la verdad y habiendo pronunciado su veredicto la justicia, puedan al fin encontrar la paz, aquella por la cual han luchado durante tantos años".
¿Quiénes están detrás de toda esta "puesta en escena"? Me parece a lo menos extraño y curioso que a pocos días de que la Conferencia Episcopal entregue su propuesta a La Moneda, no se hayan escuchado voces condenatorias por parte de los partidos políticos (todos) ni de los parlamentarios (con algunas excepciones) y que la derecha esté tan silenciosa. ¿Qué se estarán negociando? Claramente faltan elementos para el análisis total.
"Razones humanitarias" mantuvieron a Pinochet fuera de la cárcel. Esta vez ese mismo argumento podría beneficiar a 209 condenados por violaciones a derechos humanos. Entre muchos otros, Alvaro Corbalán Castilla, Manuel Contreras Sepúlveda, el Brigadier Pedro Espinoza, Jorge Vargas Bories.
lunes, 28 de junio de 2010
Condena a violaciones a los DD.HH: ¿principio o discurso de la Iglesia Católica?
Por: Mirna Concha, periodista
"Indulto Bicentenario: Iglesia pretende incluir a presos por violaciones a los derechos humanos. Gobierno se complica y deberá zanjar si los aplicará o no", fue el titular de www.cambio21.cl que captó mi atención esta mañana de lunes, mientras el país entero se prepara para ser testigo de un histórico partido de fútbol.
Avancé en la lectura y al encontrarme con la foto de Cristián Precht imágenes de los ochenta inmediatamente vinieron a la mente. Hoy plantea que "hay gente que está en la cárcel porque nunca los hemos perdonado: por delitos políticos, por DD.HH. ¿Seremos capaces como país de darnos la mano y empezar algo nuevo?". Me pregunto que diría el Cardenal Raúl Silva Henríquez.
¿Qué mueve a Precht? ¿Olvidó que la Vicaría acogió a los detenidos, torturados, desaparecidos? ¿Olvidó que José Manuel Parada, sociólogo comunista degollado junto a Santiago Nattino y Manuel Guerrero en marzo de 1985 trabajaba precisamente en la Vicaría al momento de ser secuestrado? ¿Es este el mismo sacerdote, vicario de la solidaridad a fines de los 70, que se paró frente a los "huanacos" para evitar que Carabineros reprimiera a la gente en el Parque O’higgins en el marco de las protestas para denunciar ante el Papa Juan Pablo II, en su visita a Chile en 1987, las violaciones a los derechos humanos? ¿Olvidó a Carmen Gloria Quintana y a Rodrigo Rojas Denegri?
No nos corresponde a los seres humanos perdonar, pero si trabajar por impulsar procesos a través de los cuales se haga justicia en esta tierra y se condene a quienes violan lo más preciado -incluso para la Iglesia Católica- como es el derecho a la vida. ¿Estará apelando Precht a la corta memoria que tiene Chile? ¿Bajo esa lógica por qué condenar entonces el holocausto?
Los dobles discursos sólo confunden, hacen más daño e impiden que la sociedad pueda efectivamente sanar sus heridas. Ojala que prime la cordura y que el 15 de agosto no se indulte a los violadores de derechos humanos, por el bien de nuestra patria, de una eventual reconciliación....en aras del bicentenario.
"Indulto Bicentenario: Iglesia pretende incluir a presos por violaciones a los derechos humanos. Gobierno se complica y deberá zanjar si los aplicará o no", fue el titular de www.cambio21.cl que captó mi atención esta mañana de lunes, mientras el país entero se prepara para ser testigo de un histórico partido de fútbol.
Avancé en la lectura y al encontrarme con la foto de Cristián Precht imágenes de los ochenta inmediatamente vinieron a la mente. Hoy plantea que "hay gente que está en la cárcel porque nunca los hemos perdonado: por delitos políticos, por DD.HH. ¿Seremos capaces como país de darnos la mano y empezar algo nuevo?". Me pregunto que diría el Cardenal Raúl Silva Henríquez.
¿Qué mueve a Precht? ¿Olvidó que la Vicaría acogió a los detenidos, torturados, desaparecidos? ¿Olvidó que José Manuel Parada, sociólogo comunista degollado junto a Santiago Nattino y Manuel Guerrero en marzo de 1985 trabajaba precisamente en la Vicaría al momento de ser secuestrado? ¿Es este el mismo sacerdote, vicario de la solidaridad a fines de los 70, que se paró frente a los "huanacos" para evitar que Carabineros reprimiera a la gente en el Parque O’higgins en el marco de las protestas para denunciar ante el Papa Juan Pablo II, en su visita a Chile en 1987, las violaciones a los derechos humanos? ¿Olvidó a Carmen Gloria Quintana y a Rodrigo Rojas Denegri?
No nos corresponde a los seres humanos perdonar, pero si trabajar por impulsar procesos a través de los cuales se haga justicia en esta tierra y se condene a quienes violan lo más preciado -incluso para la Iglesia Católica- como es el derecho a la vida. ¿Estará apelando Precht a la corta memoria que tiene Chile? ¿Bajo esa lógica por qué condenar entonces el holocausto?
Los dobles discursos sólo confunden, hacen más daño e impiden que la sociedad pueda efectivamente sanar sus heridas. Ojala que prime la cordura y que el 15 de agosto no se indulte a los violadores de derechos humanos, por el bien de nuestra patria, de una eventual reconciliación....en aras del bicentenario.
miércoles, 16 de junio de 2010
No nos mariemos con la "marea roja"
He observado la conducta de la gente, de la masa. No vi el partido por la TV, pero difícil era abstraerse cuando todas las radios también lo transmitían. Relatores aficionados incluían cada minuto de su avance en mensajes vía facebook y twitter. Arreglos especiales se hicieron en los lugares de trabajo para que la gente llegara muy temprano a destino y no se perdiera un instante. Piñera pernoctó en Dichato. Cada cual saque sus propias conclusiones.
Y así se instaló la fiebre mundialera que al minuto 33 coronó a Chile con un gol de Bosejour. En La Araucanía las autoridades inmediatamente buscaron forma de apropiarse al jugador: "sangre mapuche ha hecho historia", decía el relato local de Radio Bío Bio. El jugador tiene ascendencia haitiana y mapuche. ¡El fútbol da para todo!
Entre tanta fiebre mundialera, no pude dejar de recordar a la escritora y periodista canadiense Naomi Klein, quien ha escrito sobre como el sistema neoliberal utiliza situaciones fuera de la cotidianeidad para introducir sus reformas. Anoche, pasadas las 21:30 horas, mientras todo Chile se preparaba y esperaba ansioso lo que ocurriría en Sudáfrica, el diputado René Saffirio daba cuenta en su facebook del resultado de la Comisión de Trabajo donde los ministros de Hacienda y Trabajo discutieron el proyecto de reajuste del salario mínimo. En ese proyecto el Gobierno propuso un reajuste de 3%, sin considerar la propuesta de la CUT: El salario mínimo se aumenta así en $5.000.
Muchos me han calificado de amargada y hasta antipatriota. Asumo que la "marea roja" marea, pero debemos tener cuidado de no perder la brújula.
Y así se instaló la fiebre mundialera que al minuto 33 coronó a Chile con un gol de Bosejour. En La Araucanía las autoridades inmediatamente buscaron forma de apropiarse al jugador: "sangre mapuche ha hecho historia", decía el relato local de Radio Bío Bio. El jugador tiene ascendencia haitiana y mapuche. ¡El fútbol da para todo!
Entre tanta fiebre mundialera, no pude dejar de recordar a la escritora y periodista canadiense Naomi Klein, quien ha escrito sobre como el sistema neoliberal utiliza situaciones fuera de la cotidianeidad para introducir sus reformas. Anoche, pasadas las 21:30 horas, mientras todo Chile se preparaba y esperaba ansioso lo que ocurriría en Sudáfrica, el diputado René Saffirio daba cuenta en su facebook del resultado de la Comisión de Trabajo donde los ministros de Hacienda y Trabajo discutieron el proyecto de reajuste del salario mínimo. En ese proyecto el Gobierno propuso un reajuste de 3%, sin considerar la propuesta de la CUT: El salario mínimo se aumenta así en $5.000.
Muchos me han calificado de amargada y hasta antipatriota. Asumo que la "marea roja" marea, pero debemos tener cuidado de no perder la brújula.
sábado, 22 de mayo de 2010
Los indígenas y las minorías, los grandes ausentes en la agenda del nuevo Chile
Por: Mirna Concha, periodista
Publicado por www.cambio21.cl
http://www.cambio21.cl/noticia.php?noticia_id=19836&categoria_id=64
¡En Chile no hay espacio ni tiempo para todos! Grandes festejos y alegría se vieron por televisión ayer al término de la primera “gesta histórica” de Sebastián Piñera. Como “robando cámara”, los parlamentarios no titubeaban en emitir su opinión al ser requeridos por los periodistas. Sus voces eran fuertes, claras y seguras. Así se vio a varios representantes de la Alianza y de la Concertación, con actitudes complacientes y bastante satisfechas con las “sorpresas” que salieron del “gorro” del Primer Mandatario, que ya proyecta un gobierno de derecha hasta el 2018. De los entrevistados, sólo los senadores Juan Pablo Letelier y Camilo Escalona, y el diputado Guillermo Tellier aparecieron con posturas más críticas.
Quienes no tienen nada que celebrar son los pueblos originarios. Durante 20 años fueron considerados en cada anuncio de esta tradicional cuenta pública presidencial. De sus dos horas de discurso, Piñera destinó cinco segundos a decir que el alma de Chile requiere de las tradiciones y culturas indígenas. Nada se mencionó sobre la obligatoriedad de la enseñanza del mapudungun que desde el 2011 se debe considerar para escuelas rurales con el 50 por ciento más uno de estudiantes con ascendencia mapuche. Nada se dijo sobre el desarrollo con identidad, y mucho menos sobre la urgente necesidad que Chile tiene de potenciar su oferta pública con pertinencia cultural. Menos, por cierto, se referiría al pendiente reconocimiento constitucional. Se anunciaron modificaciones ministeriales, incluyendo la de eliminar el Ministerio de Planificación y Desarrollo (Mideplan) para dar paso al Ministerio Social, pero nada se dijo sobre el avance del proyecto de ley que crea el Ministerio Indígena, ingresado al Parlamento al término del anterior período presidencial.
Curiosamente medios de prensa hoy dan cuenta de que las palabras de Piñera incluía un par de líneas adicionales sobre este tema pero que por la premura del tiempo, no fueron pronunciadas en un discurso que originalmente estaba pensado en una hora pero que terminó siendo cerca de dos.
El Diario Austral de Temuco indica en su edición de hoy que éste consideraba el siguiente párrafo: "En el año del Bicentenario, ha llegado el tiempo de hacer justicia a nuestros pueblos originarios. Para ello, implementaremos dos programas muy concretos", dice el documento de 46 páginas. Allí se propone la reformulación de la política de tierras, la modificación de la Conadi para crear una verdadera Agencia de Desarrollo Indígena y la urgencia que se le dará al reconocimiento constitucional de los pueblos originarios. Sobre el "Plan Araucanía", expuso que promoverá un desarrollo integral de los pueblos originarios. Para ello se realizarán inversiones en infraestructura en La Araucanía y el Bío Bío y se trabajará para atraer inversiones que generen buenos trabajos. También se mejorará la educación, salud y promoción cultural”.
¿Y no podía destinar unos minutos adicionales a este tema? Las minorías claramente no están entre las prioridades de la administración Piñera. Ninguna tuvo cabida en su hoja de ruta. Como diría el poeta Carlos Pezoa, “tras la paletada, nadie dijo nada
La Concertación se hizo cargo de visibilizar la demanda indígena desde que esta fuera planteada en 1989 en el gran encuentro de Nueva Imperial al entonces candidato Patricio Aylwin. Con errores y aciertos, como en cualquier proceso, se incorporó como política pública. ¿Qué ocurrirá en el futuro? Ya se ha dicho que en adelante el enfoque será urbano; sin embargo, eso es desconocer la esencia misma de estos pueblos originarios cuya cosmovisión tiene un potencial cultural que forma parte de su sobrevivencia, que su relación con la naturaleza, la tierra, el sol y la luna son su esencia.
Publicado por www.cambio21.cl
http://www.cambio21.cl/noticia.php?noticia_id=19836&categoria_id=64
¡En Chile no hay espacio ni tiempo para todos! Grandes festejos y alegría se vieron por televisión ayer al término de la primera “gesta histórica” de Sebastián Piñera. Como “robando cámara”, los parlamentarios no titubeaban en emitir su opinión al ser requeridos por los periodistas. Sus voces eran fuertes, claras y seguras. Así se vio a varios representantes de la Alianza y de la Concertación, con actitudes complacientes y bastante satisfechas con las “sorpresas” que salieron del “gorro” del Primer Mandatario, que ya proyecta un gobierno de derecha hasta el 2018. De los entrevistados, sólo los senadores Juan Pablo Letelier y Camilo Escalona, y el diputado Guillermo Tellier aparecieron con posturas más críticas.
Quienes no tienen nada que celebrar son los pueblos originarios. Durante 20 años fueron considerados en cada anuncio de esta tradicional cuenta pública presidencial. De sus dos horas de discurso, Piñera destinó cinco segundos a decir que el alma de Chile requiere de las tradiciones y culturas indígenas. Nada se mencionó sobre la obligatoriedad de la enseñanza del mapudungun que desde el 2011 se debe considerar para escuelas rurales con el 50 por ciento más uno de estudiantes con ascendencia mapuche. Nada se dijo sobre el desarrollo con identidad, y mucho menos sobre la urgente necesidad que Chile tiene de potenciar su oferta pública con pertinencia cultural. Menos, por cierto, se referiría al pendiente reconocimiento constitucional. Se anunciaron modificaciones ministeriales, incluyendo la de eliminar el Ministerio de Planificación y Desarrollo (Mideplan) para dar paso al Ministerio Social, pero nada se dijo sobre el avance del proyecto de ley que crea el Ministerio Indígena, ingresado al Parlamento al término del anterior período presidencial.
Curiosamente medios de prensa hoy dan cuenta de que las palabras de Piñera incluía un par de líneas adicionales sobre este tema pero que por la premura del tiempo, no fueron pronunciadas en un discurso que originalmente estaba pensado en una hora pero que terminó siendo cerca de dos.
El Diario Austral de Temuco indica en su edición de hoy que éste consideraba el siguiente párrafo: "En el año del Bicentenario, ha llegado el tiempo de hacer justicia a nuestros pueblos originarios. Para ello, implementaremos dos programas muy concretos", dice el documento de 46 páginas. Allí se propone la reformulación de la política de tierras, la modificación de la Conadi para crear una verdadera Agencia de Desarrollo Indígena y la urgencia que se le dará al reconocimiento constitucional de los pueblos originarios. Sobre el "Plan Araucanía", expuso que promoverá un desarrollo integral de los pueblos originarios. Para ello se realizarán inversiones en infraestructura en La Araucanía y el Bío Bío y se trabajará para atraer inversiones que generen buenos trabajos. También se mejorará la educación, salud y promoción cultural”.
¿Y no podía destinar unos minutos adicionales a este tema? Las minorías claramente no están entre las prioridades de la administración Piñera. Ninguna tuvo cabida en su hoja de ruta. Como diría el poeta Carlos Pezoa, “tras la paletada, nadie dijo nada
La Concertación se hizo cargo de visibilizar la demanda indígena desde que esta fuera planteada en 1989 en el gran encuentro de Nueva Imperial al entonces candidato Patricio Aylwin. Con errores y aciertos, como en cualquier proceso, se incorporó como política pública. ¿Qué ocurrirá en el futuro? Ya se ha dicho que en adelante el enfoque será urbano; sin embargo, eso es desconocer la esencia misma de estos pueblos originarios cuya cosmovisión tiene un potencial cultural que forma parte de su sobrevivencia, que su relación con la naturaleza, la tierra, el sol y la luna son su esencia.
sábado, 24 de abril de 2010
"Chile la alegría ya viene"
Respuesta a columna de opinión "El futuro de la Concertación",escrita por René Abeliuk Manasevich. Abogado, ex Ministro y publicada por www.cambio21.cl
Señor Abeliuk
Déjeme decirle que yo también –como periodista- contribuí no solo al triunfo de la Concertación para derrotar a la dictadura, sino también para que fuera exitosa durante su administración de gobierno. Creí y trabajé por el “proyecto Concertación”. Sin embargo, creo que ese “exitoso conglomerado”, cumplió hace muchísimo rato el objetivo por el cual nació, que logró unir –tal vez por única vez en la historia de Chile- a un país en torno a un objetivo común: derrotar al dictador. Difícilmente esa unidad, con esas características, con esa mística, con ese compromiso, vuelva a ocurrir. Por eso, tal vez, el desafío hoy es mayor.
Además, y estoy segura que represento a muchos ciudadanos, las razones que llevaron a la Concertación a perder las últimas elecciones –porque estoy segura que la derecha no ganó, la Concertación perdió el gobierno- fueron muchas. Sí, la soberbia es una, como han reconocido los partidos políticos, pero hay muchas más y tal vez la más importantes es el distanciamiento de la gente. Mientras no se produzca una real sintonía con lo que la gente hoy quiere, difícilmente cualquier coalición será opción de gobierno. “Chile la alegría ya viene” fue un lema que “prendió” no sólo por ser lema, sino porque la gente efectivamente quería alegría, ante tanta desazón, ante tanto sufrimiento, ante tanta desesperanza. Y ese sentimiento, era transversal.
Mientras más demoren hoy los partidos políticos en retomar la sintonía con la gente, más tiempo permanecerá la derecha en el poder. Ojala dejen de lado sus particulares intereses, que se bajen un poquito de su pedestal para observar que estamos en una suerte de circo griego. La ciudadanía observa desde la palco el espectáculo y espera ansiosa que el show pronto termine.
Ud. dice que la Concertación sigue siendo una opción de futuro. ¿Cuál es su propuesta hoy? ¿Qué propone distinto al modelo instalado que en realidad ofrezca una posibilidad de “alegría” a la ciudadanía, a la gente, a esa común y corriente?
¿Quedará en Chile todavía algún atisbo de esperanza de que “la alegría ya viene”?
Señor Abeliuk
Déjeme decirle que yo también –como periodista- contribuí no solo al triunfo de la Concertación para derrotar a la dictadura, sino también para que fuera exitosa durante su administración de gobierno. Creí y trabajé por el “proyecto Concertación”. Sin embargo, creo que ese “exitoso conglomerado”, cumplió hace muchísimo rato el objetivo por el cual nació, que logró unir –tal vez por única vez en la historia de Chile- a un país en torno a un objetivo común: derrotar al dictador. Difícilmente esa unidad, con esas características, con esa mística, con ese compromiso, vuelva a ocurrir. Por eso, tal vez, el desafío hoy es mayor.
Además, y estoy segura que represento a muchos ciudadanos, las razones que llevaron a la Concertación a perder las últimas elecciones –porque estoy segura que la derecha no ganó, la Concertación perdió el gobierno- fueron muchas. Sí, la soberbia es una, como han reconocido los partidos políticos, pero hay muchas más y tal vez la más importantes es el distanciamiento de la gente. Mientras no se produzca una real sintonía con lo que la gente hoy quiere, difícilmente cualquier coalición será opción de gobierno. “Chile la alegría ya viene” fue un lema que “prendió” no sólo por ser lema, sino porque la gente efectivamente quería alegría, ante tanta desazón, ante tanto sufrimiento, ante tanta desesperanza. Y ese sentimiento, era transversal.
Mientras más demoren hoy los partidos políticos en retomar la sintonía con la gente, más tiempo permanecerá la derecha en el poder. Ojala dejen de lado sus particulares intereses, que se bajen un poquito de su pedestal para observar que estamos en una suerte de circo griego. La ciudadanía observa desde la palco el espectáculo y espera ansiosa que el show pronto termine.
Ud. dice que la Concertación sigue siendo una opción de futuro. ¿Cuál es su propuesta hoy? ¿Qué propone distinto al modelo instalado que en realidad ofrezca una posibilidad de “alegría” a la ciudadanía, a la gente, a esa común y corriente?
¿Quedará en Chile todavía algún atisbo de esperanza de que “la alegría ya viene”?
lunes, 19 de abril de 2010
El Pueblo Mapuche: “Los esclavos de esta época”
Publicado EL 17/04/10 por:
www.cambio21.cl
http://www.cambio21.cl/noticia.php?noticia_id=19204&categoria_id=64
Desde hace poco más de una década, La Araucanía, con un 29,5 por ciento de población mapuche -según el último censo- ha sido la plataforma para la visibilización de una deuda histórica que se arrastra desde la Pacificación. Durante estos años, los medios de comunicación han posicionado un “conflicto mapuche” en una pugna de intereses económicos que estigmatiza y condena a un pueblo a altos índices de pobreza y marginalidad.
No obstante los esfuerzos en políticas públicas impulsados durante los gobiernos de la Concertación, que tras el retorno de la democracia se hizo cargo de la demanda, la concentración del poder de la prensa escrita –con intereses antagónicos al de desarrollo con identidad que ésta planteó- presentó de manera permanente y sostenida, un ambiente tendiente a perfilar a grupos radicalizados minoritarios de comunidades de la Provincia de Malleco (cerca de 250 de un total de 2.400 jurídicamente constituidas en la región, según antecedentes de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), que pone en jaque el desarrollo social y económico de más de 900 mil habitantes.
Desde que asumió la Presidencia de la República Sebastián Piñera, los medios de prensa no han informado de quemas de fundos, ni de camiones, ni de atentados de ningún tipo. El “conflicto” parece haber concluido.
En vísperas del bicentenario, el Senador por la región, Eugenio Tuma, ha expuesto la urgente necesidad de aprobar un presupuesto especial. Es que al parlamentario le preocupan las 50 mil personas analfabetas, las 63 mil familias sin agua potable, las altas cifras de desempleo, las 300 mil personas con estudios incompletos en educación básica y media según el censo 2002, las miles de familias que no tienen vivienda propia o que viven de allegados, el estancamiento productivo y los constantes resultados negativos en las pruebas del Sistema de Medición de Calidad de la Educación (SIMCE).
En opinión del congresista, el presupuesto anual que se le destina no es acorde a las demandas, ya que considera que “La Araucanía es una región distinta a otras; multicultural, con demandas complejas e insatisfechas, lo que se suma a la gran deuda histórica que se mantiene con el pueblo mapuche” y donde la independencia sólo se produce en 1881.
ANEXION A CHILE
Se recuerda que los territorios ubicados entre el río Bíobío por el norte y Toltén por el sur, eran habitados por más de 190 mil indígenas. La llegada de los conquistadores trajo consigo la anexión definitiva a Chile, la aculturación y la redefinición de los límites de sus territorios. Es decir, reducción sin considerar la relevancia que la tierra tiene en su cultura y cosmovisión. Esta es la génesis que les ha condenado a la pobreza ya que tampoco se les entregaron títulos de dominio y las tierras nunca fueron inscritas en el Conservador de Bienes Raíces. Durante la dictadura, éstas se vieron reducidas más aún en virtud de la Ley 2.568, firmada por Augusto Pinochet Ugarte, César Mendoza Durán, Fernando Matthei Aubel, Arturo Troncoso Daroch y Alfonso Márquez de la Plata. Se promulgó el 10 de julio de 1979, reemplazando la Ley de India 17.729 de la Unidad Popular. Junto con derogar el mencionado estatuto, el régimen militar estipuló nuevas condiciones para dividir las tierras, lo que fue en desmedro de las comunidades. Así proliferó el divisionismo e individualismo. Las tierras, reducidas a pequeñas parcelas, anulan hasta la actualidad las posibilidades de potenciar su desarrollo productivo.
MITIGANDO EL ABANDONO
“Hay abandono y carencias como agua potable, caminos, puentes, títulos de dominio, hospitales, riego, derechos de agua, fomento productivo, educación, entre otros temas que son posibles de abordar si se disponen los recursos necesarios con instrumentos pertinentes”, puntualizó el Senador Tuma.
Esta deuda histórica -que hasta la fecha divide a los mapuches respecto de sus formas de lucha- es la que en 1989 incorporó el programa de gobierno de Patricio Aylwin, entonces candidato de la Concertación que firmó el Acuerdo de Nueva Imperial con cientos organizaciones y comunidades. Ese documento sentó las bases para la recuperación de tierras, el reconocimiento constitucional, la ratificación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, y la creación de una nueva institucionalidad pública para asuntos indígenas, todos temas que son de absoluto desconocimiento por la sociedad en su conjunto.
Es que el “problema es de una complejidad muy grande. Son dos grupos distintos, que piensan en forma distinta y donde la palabra se usa de forma distinta. Un problema complejo que a veces queremos simplificar al máximo y se complejiza mucho más cuando hay tratativas con algunos grupos que son violentos, que pasan a llevar todos los trámites que se han hecho dentro de la legalidad y eso hecha a perder toda la negociación con las comunidades”, ha declarado Manuel Camilo Vial, Obispo de la Diócesis San José de Temuco.
El prelado ha sostenido que “los chilenos somos racistas y clasistas. Hay muchos años de pecado, porque esto viene del siglo XIX y que no es sólo por problemas de tierra, sino el tratamiento al pueblo mapuche, a una cultura que queremos hacer desaparecer y que no la respetamos. Es como si fueran de segunda”.
“ESCLAVOS DE ESTA EPOCA”
Y es precisamente a esa consideración a la que contribuye el enfoque con que los medios de comunicación tradicionales han presentado la temática mapuche, respondiendo además a intereses que parecen pretender mantenerles sometidos como “esclavos de esta época”.
El productor de televisión Wildo Candia, ha planteado que el sistema económico que hoy hemos aceptado -por acción u omisión- se basa en un pragmatismo que nos tiene en una “democracia de mercado”.
“El marketing tiene por objeto colonizar la mente con información para que el colonizado opte por un producto. En otras palabras, busca esclavos de esta época, por cuanto la acción de pensar es lo que se presenta como mayor problema para este sistema. Por eso tenemos la educación que tenemos. Esta “democracia de mercado” es controlada por grupos económicos, no políticos”, sostiene.
FALTA DE CONOCIMIENTO
Este planteamiento no está lejos de lo que opina Isolde Reuque Paillalef, ex asesora cultural del Gobierno de Chile en Bolivia, ex Consejera Nacional de la CONADI y ex Subdirectora Nacional de la misma Corporación, quien considera que ha existido una “línea editorial” instalada.
“Desde ciertos ámbitos ven a los indígenas como incapaces intelectualmente, con fuerza bruta capaz de todo, pero esos sectores necesitan de esos hombres y mujeres. Al ver que cada día estudian más y son profesionales, los indígenas se transforman en una amenaza, pues (esos sectores) no soportan ser igualados”, puntualizó.
A su juicio, durante los gobiernos de la Concertación se hizo evidente que la prensa, más que difundir lo que se hacía a nivel global en la Novena Región, “vendió” un conflicto con tintes raciales, discriminatorios y pobreza.
Al respecto, Guillermo Williamson, profesor de la Facultad de Educación y Humanidades y director del Programa Magíster en Desarrollo Humano Local y Regional de la Universidad de La Frontera de Temuco, estima que “existe un patrón ideológico compartido en los propietarios de los grandes grupos empresariales que se refiere a mantener su poder fáctico”.
UNA RELACION COMPLEJA
En ese contexto –explica- se establece una relación compleja con el Estado, “porque hay un espacio de negociación entre el Estado y los medios para contribuir a un escenario favorable a los intereses de ambos grupos de poder. Ambos “pautean” las noticias según sus intereses y la evaluación que hacen respecto del otro con el cual comparten –no todos- pero muchos de los intereses, pues ello implica sustentar la democracia formal y el mercado neoliberal y evitar así una crisis que afectaría a unos en lo político y a otros en sus riquezas”.
“A los grandes intereses económicos les interesa el conflicto potenciado por algunos grupos radicales mapuche y no mapuche, buscando generar en la sociedad global una hegemonía ideológica que vaya creando una condición subjetiva colectiva que permita, en algún momento, eliminar la Ley Indígena y con ello la defensa que tiene la tierra frente al mercado capitalista de propiedad de la tierra”, puntualizó.
El docente explicó que “la Ley Indígena 19.253, es una de las dos leyes anticapitalistas (la otra es el Estatuto Docente) promulgadas en democracia y por ello ha sacado del mercado a miles de hectáreas. En consecuencia, deben generarse las condiciones para que el mercado las recupere. Ese es, a mi juicio, el gran objetivo estratégico de los grupos poderosos”, puntualizó.
Para Williamson además existe prensa que por su conexión entre varios medios, establece opinión pública mayoritaria cuyos “intereses son los del poder económico y el conservadurismo ideológico cultural y por eso afirman la crítica al pueblo mapuche propietario de la tierra, recursos naturales, bosque y agua”.
“UN INVENTO DE LOS MEDIOS”
En un artículo titulado “Siete ideas básicas para entender el llamado “conflicto mapuche”, Domingo Namuncura, ex Director Nacional de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), ya planteaba que éste no existe en el sentido estricto de la palabra y que por el contrario, “es un invento de los medios de prensa conservadores”.
En su opinión, los programas sociales han visibilizado la existencia de los pueblos originarios. El problema de fondo –señala- es que “los indígenas ahora existen, son valorados y su cultura comienza a ser apreciada”.
“Parte de sus tierras han sido recuperadas. Ahora se entiende que su problema no es sólo de pobreza. Se trata fundamentalmente de una problemática política. Pero ahora surge otra dimensión, más compleja porque el desarrollo económico de Chile necesita del patrimonio indígena, sus bosques, sus ríos, sus aguas, su potencial turístico (Rapa Nui es un ejemplo de ello), sus minerales. Esta riqueza no puede estar en manos exclusivamente de los indígenas; los chilenos (perdón los privados) la requieren. Esta necesidad se adorna con argumentos doctrinarios como el bien común del país, el crecimiento para generar igualdad, la energía para alimentar el consumo, el subsuelo rico en minerales para dar empleo. En suma, unos cuantos indígenas no pueden impedir el desarrollo de todos los chilenos”, explica en su texto.
Namuncura es categórico en precisar que el marco de fondo tiene que ver con la discusión sobre un modelo de desarrollo al que no se niegan los indígenas, pero del cual reclaman no “se realice a costa de su patrimonio territorial, ancestral y cultural”.
“El Convenio 169 viene entonces en su auxilio y a partir del 15 de septiembre (2009) se obliga al Estado de Chile a que todos los proyectos de inversión (pública y privada) sean consultados con los indígenas antes de pisar un centímetro de sus tierras. El acuerdo sólo podrá surgir de una negociación, pero de una negociación justa. Antes del Convenio 169 las características de este proceso eran de negación e imposición”, explica.
En sus escritos, Namuncura también ha coincidido en que la temática mapuche concierne a toda la sociedad y considera que está directamente vinculada con reconocer los derechos políticos de los indígenas en la Constitución, instalarlos en la institucionalidad del Estado, establecer un marco regulatorio de la inversión pública y privada en tierras ancestrales y consensuar con los indígenas chilenos una manera de entender el desarrollo con pertinencia cultural.
EL DESAFIO DE LA PRENSA
El Austral Temuco es el único medio impreso de circulación masiva en la región. Un análisis de 500 titulares publicados entre el 30 de junio y el 7 de noviembre de 2009 permiten establecer que 281 (56,2%) dan cuenta de diversos hechos vinculados al denominado “conflicto mapuche”, en tanto que 92 de ellos (18,4 %) difunden informaciones de carácter positivo relativas a inversión pública, actividades culturales y deportivas, entre otras.
Al igual que otros 24 diarios regionales, El Austral Temuco es propiedad del empresario Agustín Edwards, dueño de la principal cadena periodística del país que en Santiago incluye El Mercurio, Las Ultimas Noticias y La Segunda.
Los titulares, como el lenguaje utilizado, el espacio de relevancia que se otorga a la información, así como las imágenes y momento en que éstas se difunden, provocan una suerte de “efecto domino” en los diarios pertenecientes a la cadena, según el interés y objetivo de la contingencia.
El lunes 23 de noviembre de 2009 el vespertino La Segunda dio cuenta de un “Millonario desorden en platas para indígenas”, información emulada al día siguiente por El Mercurio que difundió “CONADI no recibirá más recursos hasta que rinda gastos del Programa Orígenes”. En tanto en Temuco, bajo el titulo “Paralizan dineros en la CONADI”, El Austral dedicó prácticamente una página completa a un informe que la Contraloría General de la República emitió en junio.
El documento da cuenta de gastos que a esa fecha estaban pendientes por rendir, tema que debería abrir una discusión más relevante respecto de la forma en que las comunidades responden por los recursos que reciben del Estado, por cuanto su cultura no considera ese procedimiento. La información de prensa, presentada con carácter de escándalo, fue divulgada ad portas de la elección presidencial en que las políticas públicas orientadas al mundo mapuche fueron blanco de variadas críticas.
LOS GRUPOS
Para la periodista y Premio Nacional de Periodismo, María Olivia Monckeberg, autora de “Los magnates de la prensa. Concentración de los medios de comunicación en Chile”, los Edwards “no sólo representan en sí un poder económico e ideológico. Asegura que además están ligados estrechamente a otros, y se refiere a sus lazos con el grupo Matte –dueños de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones y de Forestal Mininco”.
María Olivia Monckeberg ha destacado que, pese a que la concentración mediática es un “fenómeno mundial”, en pocos sitios se observa en los niveles que ocurre en Chile, algo que vinculó a un empresariado “muy ideologizado” y con una “mentalidad muy conservadora”.
“Esto está obstaculizando el desarrollo de país, de las personas y el desarrollo democrático”, sostuvo, considerando que el actual panorama de los medios “restringe el desarrollo, no sólo de la libertad de opinión, sino la posibilidad de conocer la realidad y de discutir sobre temas relevantes.
SINTAGMA NOMINAL
Y esa es la contribución que hace, bajo el subtítulo “Un breve desvío analítico”, en su artículo “Por qué, para qué y cómo hacer análisis de discurso en los medios de discusión”, difundido a través de “Analizando los medios y la comunicación: teoría y métodos”, una publicación de la Universidad Católica de Valparaíso (UCV), el director de Postgrado de la Escuela de Periodismo de esa casa de estudios, Pedro Santander Molina, quien expone la necesidad de analizar el lenguaje que utilizan los medios de comunicación para dar cuenta de los acontecimientos que rodean el “conflicto mapuche”.
“Este sintagma nominal forma parte del lenguaje rutinario de la prensa chilena y es empleado permanente y sistemáticamente por los periodistas para referirse y representar esta cuestión. Como vemos esta opción lingüística reduce a los participantes en el conflicto a un solo actor: el mapuche. De este modo no se menciona, y por lo tanto, se invisibiliza, a cualquier otro actor que también pudiera formar parte del conflicto, por ejemplo, el Estado chileno, las empresas transnacionales, Carabineros, las forestales, etc. Los mapuches se convierten así en los únicos actores referidos explícitamente. Sin embargo, sabemos objetivamente que en los últimos acontecimientos jóvenes como Matías Catrileo y Alex Lemun fueron asesinados por personal de Carabineros de Chile, es decir, por agentes chilenos del Estado chileno. ¿Cabe aquí hablar de conflicto mapuche? ¿O acaso no constituye el sintagma conflicto chileno-mapuche una más certera representación?”, explica.
Santander agrega que “cuando sistemáticamente se emplea el sintagma mencionado, lo que se está haciendo es ocultar las contradicciones generales de la situación, cosa que no ocurriría si se hablara del conflicto chileno-mapuche, sintagma cuyo uso hace imposible la negación o el ocultamiento discursivo de las contradicciones y que, además involucra y visibiliza a la otra parte del conflicto. Como vemos, en casos como éste, todo el sentido del análisis radica en las contradicciones históricas y en los actores sociales que el lenguaje permite invisibilizar; el lenguaje puede ocultar contradicciones y realizar de este modo una acción ideológica muy específica”.
MIRADA DE FUTURO
A juicio de Germán Quintana, actual secretario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y ex titular del Ministerio de Planificación y Cooperación (Mideplan), quien tuviera la misión de liderar los diálogos comunales impulsados por la administración Frei en 1999, la prensa debería impulsar un “mejor periodismo investigativo que de cuenta en mayor detalle de los temas, para así colaborar a educar a la sociedad en su conjunto”.
“No hay mucho escrito en Chile sobre la relación del mundo indígena y el resto de la sociedad. Muchas veces los medios compran una historia, porque este tema es muy vendible mediáticamente y se reproduce información sin interiorizarse de las causas”, puntualizó.
------------------------------------------------------------------
Nota 1: Este artículo participó, a comienzos de año, en el Concurso Nacional "La prensa chilena y el Bicentenario" convocado por el Círculo de Periodistas de Chile y la Universidad de Santiago.
Nota 2: Ha sido citado como referencia por Wikipedia en un artículo sobre la "Composición étnica de Chile"
http://es.wikipedia.org/wiki/Composici%C3%B3n_%C3%A9tnica_de_Chile
www.cambio21.cl
http://www.cambio21.cl/noticia.php?noticia_id=19204&categoria_id=64
Desde hace poco más de una década, La Araucanía, con un 29,5 por ciento de población mapuche -según el último censo- ha sido la plataforma para la visibilización de una deuda histórica que se arrastra desde la Pacificación. Durante estos años, los medios de comunicación han posicionado un “conflicto mapuche” en una pugna de intereses económicos que estigmatiza y condena a un pueblo a altos índices de pobreza y marginalidad.
No obstante los esfuerzos en políticas públicas impulsados durante los gobiernos de la Concertación, que tras el retorno de la democracia se hizo cargo de la demanda, la concentración del poder de la prensa escrita –con intereses antagónicos al de desarrollo con identidad que ésta planteó- presentó de manera permanente y sostenida, un ambiente tendiente a perfilar a grupos radicalizados minoritarios de comunidades de la Provincia de Malleco (cerca de 250 de un total de 2.400 jurídicamente constituidas en la región, según antecedentes de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), que pone en jaque el desarrollo social y económico de más de 900 mil habitantes.
Desde que asumió la Presidencia de la República Sebastián Piñera, los medios de prensa no han informado de quemas de fundos, ni de camiones, ni de atentados de ningún tipo. El “conflicto” parece haber concluido.
En vísperas del bicentenario, el Senador por la región, Eugenio Tuma, ha expuesto la urgente necesidad de aprobar un presupuesto especial. Es que al parlamentario le preocupan las 50 mil personas analfabetas, las 63 mil familias sin agua potable, las altas cifras de desempleo, las 300 mil personas con estudios incompletos en educación básica y media según el censo 2002, las miles de familias que no tienen vivienda propia o que viven de allegados, el estancamiento productivo y los constantes resultados negativos en las pruebas del Sistema de Medición de Calidad de la Educación (SIMCE).
En opinión del congresista, el presupuesto anual que se le destina no es acorde a las demandas, ya que considera que “La Araucanía es una región distinta a otras; multicultural, con demandas complejas e insatisfechas, lo que se suma a la gran deuda histórica que se mantiene con el pueblo mapuche” y donde la independencia sólo se produce en 1881.
ANEXION A CHILE
Se recuerda que los territorios ubicados entre el río Bíobío por el norte y Toltén por el sur, eran habitados por más de 190 mil indígenas. La llegada de los conquistadores trajo consigo la anexión definitiva a Chile, la aculturación y la redefinición de los límites de sus territorios. Es decir, reducción sin considerar la relevancia que la tierra tiene en su cultura y cosmovisión. Esta es la génesis que les ha condenado a la pobreza ya que tampoco se les entregaron títulos de dominio y las tierras nunca fueron inscritas en el Conservador de Bienes Raíces. Durante la dictadura, éstas se vieron reducidas más aún en virtud de la Ley 2.568, firmada por Augusto Pinochet Ugarte, César Mendoza Durán, Fernando Matthei Aubel, Arturo Troncoso Daroch y Alfonso Márquez de la Plata. Se promulgó el 10 de julio de 1979, reemplazando la Ley de India 17.729 de la Unidad Popular. Junto con derogar el mencionado estatuto, el régimen militar estipuló nuevas condiciones para dividir las tierras, lo que fue en desmedro de las comunidades. Así proliferó el divisionismo e individualismo. Las tierras, reducidas a pequeñas parcelas, anulan hasta la actualidad las posibilidades de potenciar su desarrollo productivo.
MITIGANDO EL ABANDONO
“Hay abandono y carencias como agua potable, caminos, puentes, títulos de dominio, hospitales, riego, derechos de agua, fomento productivo, educación, entre otros temas que son posibles de abordar si se disponen los recursos necesarios con instrumentos pertinentes”, puntualizó el Senador Tuma.
Esta deuda histórica -que hasta la fecha divide a los mapuches respecto de sus formas de lucha- es la que en 1989 incorporó el programa de gobierno de Patricio Aylwin, entonces candidato de la Concertación que firmó el Acuerdo de Nueva Imperial con cientos organizaciones y comunidades. Ese documento sentó las bases para la recuperación de tierras, el reconocimiento constitucional, la ratificación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, y la creación de una nueva institucionalidad pública para asuntos indígenas, todos temas que son de absoluto desconocimiento por la sociedad en su conjunto.
Es que el “problema es de una complejidad muy grande. Son dos grupos distintos, que piensan en forma distinta y donde la palabra se usa de forma distinta. Un problema complejo que a veces queremos simplificar al máximo y se complejiza mucho más cuando hay tratativas con algunos grupos que son violentos, que pasan a llevar todos los trámites que se han hecho dentro de la legalidad y eso hecha a perder toda la negociación con las comunidades”, ha declarado Manuel Camilo Vial, Obispo de la Diócesis San José de Temuco.
El prelado ha sostenido que “los chilenos somos racistas y clasistas. Hay muchos años de pecado, porque esto viene del siglo XIX y que no es sólo por problemas de tierra, sino el tratamiento al pueblo mapuche, a una cultura que queremos hacer desaparecer y que no la respetamos. Es como si fueran de segunda”.
“ESCLAVOS DE ESTA EPOCA”
Y es precisamente a esa consideración a la que contribuye el enfoque con que los medios de comunicación tradicionales han presentado la temática mapuche, respondiendo además a intereses que parecen pretender mantenerles sometidos como “esclavos de esta época”.
El productor de televisión Wildo Candia, ha planteado que el sistema económico que hoy hemos aceptado -por acción u omisión- se basa en un pragmatismo que nos tiene en una “democracia de mercado”.
“El marketing tiene por objeto colonizar la mente con información para que el colonizado opte por un producto. En otras palabras, busca esclavos de esta época, por cuanto la acción de pensar es lo que se presenta como mayor problema para este sistema. Por eso tenemos la educación que tenemos. Esta “democracia de mercado” es controlada por grupos económicos, no políticos”, sostiene.
FALTA DE CONOCIMIENTO
Este planteamiento no está lejos de lo que opina Isolde Reuque Paillalef, ex asesora cultural del Gobierno de Chile en Bolivia, ex Consejera Nacional de la CONADI y ex Subdirectora Nacional de la misma Corporación, quien considera que ha existido una “línea editorial” instalada.
“Desde ciertos ámbitos ven a los indígenas como incapaces intelectualmente, con fuerza bruta capaz de todo, pero esos sectores necesitan de esos hombres y mujeres. Al ver que cada día estudian más y son profesionales, los indígenas se transforman en una amenaza, pues (esos sectores) no soportan ser igualados”, puntualizó.
A su juicio, durante los gobiernos de la Concertación se hizo evidente que la prensa, más que difundir lo que se hacía a nivel global en la Novena Región, “vendió” un conflicto con tintes raciales, discriminatorios y pobreza.
Al respecto, Guillermo Williamson, profesor de la Facultad de Educación y Humanidades y director del Programa Magíster en Desarrollo Humano Local y Regional de la Universidad de La Frontera de Temuco, estima que “existe un patrón ideológico compartido en los propietarios de los grandes grupos empresariales que se refiere a mantener su poder fáctico”.
UNA RELACION COMPLEJA
En ese contexto –explica- se establece una relación compleja con el Estado, “porque hay un espacio de negociación entre el Estado y los medios para contribuir a un escenario favorable a los intereses de ambos grupos de poder. Ambos “pautean” las noticias según sus intereses y la evaluación que hacen respecto del otro con el cual comparten –no todos- pero muchos de los intereses, pues ello implica sustentar la democracia formal y el mercado neoliberal y evitar así una crisis que afectaría a unos en lo político y a otros en sus riquezas”.
“A los grandes intereses económicos les interesa el conflicto potenciado por algunos grupos radicales mapuche y no mapuche, buscando generar en la sociedad global una hegemonía ideológica que vaya creando una condición subjetiva colectiva que permita, en algún momento, eliminar la Ley Indígena y con ello la defensa que tiene la tierra frente al mercado capitalista de propiedad de la tierra”, puntualizó.
El docente explicó que “la Ley Indígena 19.253, es una de las dos leyes anticapitalistas (la otra es el Estatuto Docente) promulgadas en democracia y por ello ha sacado del mercado a miles de hectáreas. En consecuencia, deben generarse las condiciones para que el mercado las recupere. Ese es, a mi juicio, el gran objetivo estratégico de los grupos poderosos”, puntualizó.
Para Williamson además existe prensa que por su conexión entre varios medios, establece opinión pública mayoritaria cuyos “intereses son los del poder económico y el conservadurismo ideológico cultural y por eso afirman la crítica al pueblo mapuche propietario de la tierra, recursos naturales, bosque y agua”.
“UN INVENTO DE LOS MEDIOS”
En un artículo titulado “Siete ideas básicas para entender el llamado “conflicto mapuche”, Domingo Namuncura, ex Director Nacional de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), ya planteaba que éste no existe en el sentido estricto de la palabra y que por el contrario, “es un invento de los medios de prensa conservadores”.
En su opinión, los programas sociales han visibilizado la existencia de los pueblos originarios. El problema de fondo –señala- es que “los indígenas ahora existen, son valorados y su cultura comienza a ser apreciada”.
“Parte de sus tierras han sido recuperadas. Ahora se entiende que su problema no es sólo de pobreza. Se trata fundamentalmente de una problemática política. Pero ahora surge otra dimensión, más compleja porque el desarrollo económico de Chile necesita del patrimonio indígena, sus bosques, sus ríos, sus aguas, su potencial turístico (Rapa Nui es un ejemplo de ello), sus minerales. Esta riqueza no puede estar en manos exclusivamente de los indígenas; los chilenos (perdón los privados) la requieren. Esta necesidad se adorna con argumentos doctrinarios como el bien común del país, el crecimiento para generar igualdad, la energía para alimentar el consumo, el subsuelo rico en minerales para dar empleo. En suma, unos cuantos indígenas no pueden impedir el desarrollo de todos los chilenos”, explica en su texto.
Namuncura es categórico en precisar que el marco de fondo tiene que ver con la discusión sobre un modelo de desarrollo al que no se niegan los indígenas, pero del cual reclaman no “se realice a costa de su patrimonio territorial, ancestral y cultural”.
“El Convenio 169 viene entonces en su auxilio y a partir del 15 de septiembre (2009) se obliga al Estado de Chile a que todos los proyectos de inversión (pública y privada) sean consultados con los indígenas antes de pisar un centímetro de sus tierras. El acuerdo sólo podrá surgir de una negociación, pero de una negociación justa. Antes del Convenio 169 las características de este proceso eran de negación e imposición”, explica.
En sus escritos, Namuncura también ha coincidido en que la temática mapuche concierne a toda la sociedad y considera que está directamente vinculada con reconocer los derechos políticos de los indígenas en la Constitución, instalarlos en la institucionalidad del Estado, establecer un marco regulatorio de la inversión pública y privada en tierras ancestrales y consensuar con los indígenas chilenos una manera de entender el desarrollo con pertinencia cultural.
EL DESAFIO DE LA PRENSA
El Austral Temuco es el único medio impreso de circulación masiva en la región. Un análisis de 500 titulares publicados entre el 30 de junio y el 7 de noviembre de 2009 permiten establecer que 281 (56,2%) dan cuenta de diversos hechos vinculados al denominado “conflicto mapuche”, en tanto que 92 de ellos (18,4 %) difunden informaciones de carácter positivo relativas a inversión pública, actividades culturales y deportivas, entre otras.
Al igual que otros 24 diarios regionales, El Austral Temuco es propiedad del empresario Agustín Edwards, dueño de la principal cadena periodística del país que en Santiago incluye El Mercurio, Las Ultimas Noticias y La Segunda.
Los titulares, como el lenguaje utilizado, el espacio de relevancia que se otorga a la información, así como las imágenes y momento en que éstas se difunden, provocan una suerte de “efecto domino” en los diarios pertenecientes a la cadena, según el interés y objetivo de la contingencia.
El lunes 23 de noviembre de 2009 el vespertino La Segunda dio cuenta de un “Millonario desorden en platas para indígenas”, información emulada al día siguiente por El Mercurio que difundió “CONADI no recibirá más recursos hasta que rinda gastos del Programa Orígenes”. En tanto en Temuco, bajo el titulo “Paralizan dineros en la CONADI”, El Austral dedicó prácticamente una página completa a un informe que la Contraloría General de la República emitió en junio.
El documento da cuenta de gastos que a esa fecha estaban pendientes por rendir, tema que debería abrir una discusión más relevante respecto de la forma en que las comunidades responden por los recursos que reciben del Estado, por cuanto su cultura no considera ese procedimiento. La información de prensa, presentada con carácter de escándalo, fue divulgada ad portas de la elección presidencial en que las políticas públicas orientadas al mundo mapuche fueron blanco de variadas críticas.
LOS GRUPOS
Para la periodista y Premio Nacional de Periodismo, María Olivia Monckeberg, autora de “Los magnates de la prensa. Concentración de los medios de comunicación en Chile”, los Edwards “no sólo representan en sí un poder económico e ideológico. Asegura que además están ligados estrechamente a otros, y se refiere a sus lazos con el grupo Matte –dueños de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones y de Forestal Mininco”.
María Olivia Monckeberg ha destacado que, pese a que la concentración mediática es un “fenómeno mundial”, en pocos sitios se observa en los niveles que ocurre en Chile, algo que vinculó a un empresariado “muy ideologizado” y con una “mentalidad muy conservadora”.
“Esto está obstaculizando el desarrollo de país, de las personas y el desarrollo democrático”, sostuvo, considerando que el actual panorama de los medios “restringe el desarrollo, no sólo de la libertad de opinión, sino la posibilidad de conocer la realidad y de discutir sobre temas relevantes.
SINTAGMA NOMINAL
Y esa es la contribución que hace, bajo el subtítulo “Un breve desvío analítico”, en su artículo “Por qué, para qué y cómo hacer análisis de discurso en los medios de discusión”, difundido a través de “Analizando los medios y la comunicación: teoría y métodos”, una publicación de la Universidad Católica de Valparaíso (UCV), el director de Postgrado de la Escuela de Periodismo de esa casa de estudios, Pedro Santander Molina, quien expone la necesidad de analizar el lenguaje que utilizan los medios de comunicación para dar cuenta de los acontecimientos que rodean el “conflicto mapuche”.
“Este sintagma nominal forma parte del lenguaje rutinario de la prensa chilena y es empleado permanente y sistemáticamente por los periodistas para referirse y representar esta cuestión. Como vemos esta opción lingüística reduce a los participantes en el conflicto a un solo actor: el mapuche. De este modo no se menciona, y por lo tanto, se invisibiliza, a cualquier otro actor que también pudiera formar parte del conflicto, por ejemplo, el Estado chileno, las empresas transnacionales, Carabineros, las forestales, etc. Los mapuches se convierten así en los únicos actores referidos explícitamente. Sin embargo, sabemos objetivamente que en los últimos acontecimientos jóvenes como Matías Catrileo y Alex Lemun fueron asesinados por personal de Carabineros de Chile, es decir, por agentes chilenos del Estado chileno. ¿Cabe aquí hablar de conflicto mapuche? ¿O acaso no constituye el sintagma conflicto chileno-mapuche una más certera representación?”, explica.
Santander agrega que “cuando sistemáticamente se emplea el sintagma mencionado, lo que se está haciendo es ocultar las contradicciones generales de la situación, cosa que no ocurriría si se hablara del conflicto chileno-mapuche, sintagma cuyo uso hace imposible la negación o el ocultamiento discursivo de las contradicciones y que, además involucra y visibiliza a la otra parte del conflicto. Como vemos, en casos como éste, todo el sentido del análisis radica en las contradicciones históricas y en los actores sociales que el lenguaje permite invisibilizar; el lenguaje puede ocultar contradicciones y realizar de este modo una acción ideológica muy específica”.
MIRADA DE FUTURO
A juicio de Germán Quintana, actual secretario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y ex titular del Ministerio de Planificación y Cooperación (Mideplan), quien tuviera la misión de liderar los diálogos comunales impulsados por la administración Frei en 1999, la prensa debería impulsar un “mejor periodismo investigativo que de cuenta en mayor detalle de los temas, para así colaborar a educar a la sociedad en su conjunto”.
“No hay mucho escrito en Chile sobre la relación del mundo indígena y el resto de la sociedad. Muchas veces los medios compran una historia, porque este tema es muy vendible mediáticamente y se reproduce información sin interiorizarse de las causas”, puntualizó.
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Nota 1: Este artículo participó, a comienzos de año, en el Concurso Nacional "La prensa chilena y el Bicentenario" convocado por el Círculo de Periodistas de Chile y la Universidad de Santiago.
Nota 2: Ha sido citado como referencia por Wikipedia en un artículo sobre la "Composición étnica de Chile"
http://es.wikipedia.org/wiki/Composici%C3%B3n_%C3%A9tnica_de_Chile
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