Anoche asistí a una presentación de Charles Labra en el restobar El Encuentro, en Temuco.
El nombre por si solo tal vez no dice nada.
Es que Labra es el fundador de Sol y Lluvia, aquel grupo con que cantamos y vibramos con el "adiós general", entre otras canciones ochenteras.
Ayer, caminando por el centro de Temuco, lo topé cantando en la calle. Claro, esta vez con permiso de la gobernación.
"Abandoné voluntariamente Sol y Lluvia para salir a las calles a devolver la música al pueblo", escuché y me detuve. Me sentí identificada y no es que esté nostálgica, ni que me "haya quedado pegada", como podrían pensar muchos de los que lean estas notas.
Hoy Labra es el vocalista de Antu Kai Mawen (sol y lluvia en mapuzungun) y lejos de haber abandonado el grupo original, claramente lo lleva en si mismo.
Es que El Encuentro anoche no daba abasto para la cantidad de gente que llegó a escuchar, a cantar, a bailar con las canciones que tal vez hoy mas que nunca cobran relevancia para reencantarnos....ante tanta decepción. Es que necesitamos reencontrarnos y tal vez la música sea uno de los puntos de partida.
Asistí junto a mi hija Tania-Paz, quien hoy con 19 años de edad, agradeció a Charles al final por lo que consideró una "noche notable". Miientras bailaba y cantaba, me preguntaba....¿qué nos pasó? ¿en qué momento nos distanciamos de la gente, del pueblo, de lo simple, de lo sencillo? ..... El tiempo tal vez dará la respuesta.
Claro está que anoche fue una hermosa fiesta, gracias Charles por hacernos sentir que aún estamos vivos........¡y que paradojal! Mientras vibrábamos con la fiesta, afuera una "cuca" de pacos -como en antaño- vigilaba sigilosamente el local. Espero no sea presagio de nada.
Gracias Charles, por la fiesta....
http://trawun.blogspot.com/2009/09/antu-kai-mawen-es-sol-y-lluvia-en.html
MIRNA CONCHA
Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.
jueves, 25 de febrero de 2010
miércoles, 10 de febrero de 2010
Una jugada maestra....
Por: Mirna Concha
….Y del “caballo de Troya” siguen bajando guerreros. Es que la “operación con guante blanco” de la derecha para destruir a la Concertación (ver artículo anterior en blog) sigue su curso. Claro está que tuvieron mucho tiempo para analizar la “jugada” maestra que terminaría por darle el “golpe de gracia”.
Primero fue estudiar las debilidades y potenciarlas. Ahí entró a la cancha Marco Enríquez-Ominami y toda la tribuna que la derecha le dio durante la primera vuelta electoral. Primer objetivo cumplido: dividir.
Pero su astucia no terminaría ahí. Había que seguir socavando para que al final la estructura se desplomara por completo: lograr que sectores de este conglomerado se sumaran al gobierno de “unidad nacional”. Jaime Ravinet es la “punta de lanza” para que otros se incorporen y así debilitar la fundación. Es que sacando a la DC, partido base de la Concertación, esta termina por fenecer, dejándole terreno libre a la derecha para gobernar sin una oposición articulada.
Hoy la credibilidad de la clase política está en tela de juicio. En Chile no solo ha ganado la derecha el gobierno, sino que además ha terminado por triunfar e instalarse el individualismo, personalismo, la banalidad, la “monetarización”: el capitalismo.
Dado el actual escenario hoy no es suficiente plantear la rearticulación, el recambio generacional, volver a la fundación, u otras alternativas que hemos visto. Más allá de los análisis de la contingencia, de las autocríticas y evaluaciones, hoy es necesario hacer un “párele” drástico, una introspección, escuchar el real sentir de la ciudadanía respecto de sus aspiraciones, desafíos y sueños para luego reestablecer las confianzas y credibilidades necesarias que permitirán que desde la base misma surjan liderazgos legítimos. Y eso tomará tiempo.
Estamos siendo protagonistas de una nueva etapa en la política de Chile, un nuevo capitulo de la historia se está comenzando a escribir. Las páginas aún están en blanco.
….Y del “caballo de Troya” siguen bajando guerreros. Es que la “operación con guante blanco” de la derecha para destruir a la Concertación (ver artículo anterior en blog) sigue su curso. Claro está que tuvieron mucho tiempo para analizar la “jugada” maestra que terminaría por darle el “golpe de gracia”.
Primero fue estudiar las debilidades y potenciarlas. Ahí entró a la cancha Marco Enríquez-Ominami y toda la tribuna que la derecha le dio durante la primera vuelta electoral. Primer objetivo cumplido: dividir.
Pero su astucia no terminaría ahí. Había que seguir socavando para que al final la estructura se desplomara por completo: lograr que sectores de este conglomerado se sumaran al gobierno de “unidad nacional”. Jaime Ravinet es la “punta de lanza” para que otros se incorporen y así debilitar la fundación. Es que sacando a la DC, partido base de la Concertación, esta termina por fenecer, dejándole terreno libre a la derecha para gobernar sin una oposición articulada.
Hoy la credibilidad de la clase política está en tela de juicio. En Chile no solo ha ganado la derecha el gobierno, sino que además ha terminado por triunfar e instalarse el individualismo, personalismo, la banalidad, la “monetarización”: el capitalismo.
Dado el actual escenario hoy no es suficiente plantear la rearticulación, el recambio generacional, volver a la fundación, u otras alternativas que hemos visto. Más allá de los análisis de la contingencia, de las autocríticas y evaluaciones, hoy es necesario hacer un “párele” drástico, una introspección, escuchar el real sentir de la ciudadanía respecto de sus aspiraciones, desafíos y sueños para luego reestablecer las confianzas y credibilidades necesarias que permitirán que desde la base misma surjan liderazgos legítimos. Y eso tomará tiempo.
Estamos siendo protagonistas de una nueva etapa en la política de Chile, un nuevo capitulo de la historia se está comenzando a escribir. Las páginas aún están en blanco.
martes, 9 de febrero de 2010
Concertación, descansa en paz...
Por: Mirna Concha, periodista
La Concertación de Partidos por la Democracia nos unió en los ochenta. En torno a ella logramos convocar a un país entero a sumarse a un movimiento social para derrotar a la dictadura. ¡Y lo logramos! Con un lápiz y un papel dijimos NO y a través del “Chile la alegría ya viene”, alimentamos la esperanza y las ansias de construir un país más justo y solidario. Con aciertos y errores, pero lo hemos hecho. Sin duda aún resta mucho. Las transformaciones sociales se construyen en el tiempo, pero nadie puede desconocer que Chile no es el mismo de hace 20 años.
Aylwin, Lagos, Frei, Bachelet condujeron este proceso. Sin embargo, una vez más ha quedado de manifiesto que el poder obnubila. En efecto. Las disputas internas de los partidos políticos les distanciaron de la realidad, de lo que Chile realmente aspiraba, de entender que los sueños de la gente se construyen a diario. Demandamos la urgente necesidad de recambio político. Pero nadie escuchó. La luz amarilla fue el resultado de las elecciones municipales. Pero nadie escuchó. Luego el resultado del 13 de diciembre. Pero nadie escuchó. El 17 de enero a la pobre Concertación le tuvimos que poner oxígeno para tratar de mantenerla, pero ella ya solo aspira a descansar en paz.
Es que por nuestras propias incapacidades le exigimos más de lo que ella puede y podía ofrecer. Es hora de darle las gracias, ponerle la lápida, velarla, hacerle el debido y digno funeral y dejarla descansar en paz. Es hora de crecer, de hacernos cargo de la realidad del Chile del 2010 para plantearnos el desafío del país que queremos, ese país cuyo liderazgo hoy le corresponde a otras generaciones, pero para las cuales por cierto debemos estar disponibles para colaborar con la experiencia y sabiduría de los aciertos y errores cometidos, como en todo proceso histórico.
La Concertación de Partidos por la Democracia nos unió en los ochenta. En torno a ella logramos convocar a un país entero a sumarse a un movimiento social para derrotar a la dictadura. ¡Y lo logramos! Con un lápiz y un papel dijimos NO y a través del “Chile la alegría ya viene”, alimentamos la esperanza y las ansias de construir un país más justo y solidario. Con aciertos y errores, pero lo hemos hecho. Sin duda aún resta mucho. Las transformaciones sociales se construyen en el tiempo, pero nadie puede desconocer que Chile no es el mismo de hace 20 años.
Aylwin, Lagos, Frei, Bachelet condujeron este proceso. Sin embargo, una vez más ha quedado de manifiesto que el poder obnubila. En efecto. Las disputas internas de los partidos políticos les distanciaron de la realidad, de lo que Chile realmente aspiraba, de entender que los sueños de la gente se construyen a diario. Demandamos la urgente necesidad de recambio político. Pero nadie escuchó. La luz amarilla fue el resultado de las elecciones municipales. Pero nadie escuchó. Luego el resultado del 13 de diciembre. Pero nadie escuchó. El 17 de enero a la pobre Concertación le tuvimos que poner oxígeno para tratar de mantenerla, pero ella ya solo aspira a descansar en paz.
Es que por nuestras propias incapacidades le exigimos más de lo que ella puede y podía ofrecer. Es hora de darle las gracias, ponerle la lápida, velarla, hacerle el debido y digno funeral y dejarla descansar en paz. Es hora de crecer, de hacernos cargo de la realidad del Chile del 2010 para plantearnos el desafío del país que queremos, ese país cuyo liderazgo hoy le corresponde a otras generaciones, pero para las cuales por cierto debemos estar disponibles para colaborar con la experiencia y sabiduría de los aciertos y errores cometidos, como en todo proceso histórico.
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