MIRNA CONCHA

Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.

martes, 4 de septiembre de 2012

Luchín, el niño de la pelota de trapo

Publicado en: http://www.cambio21.cl/cambio21/site/artic/20120903/pags/20120903171139.html Por: Mirna Concha, periodista y analista comunicacional Para muchos puede parecer necio emocionarse hasta las lágrimas e incluso hasta sollozos, con programas de televisión. Para mi demuestra que el autor ha logrado transmitir el mensaje propuesto y en este particular caso, no haber perdido la capacidad de asombro. Esto es lo que precisamente me ocurrió al estar haciendo zapping y quedarme en DOREmix (TVN). En un maravilloso homenaje a Víctor Jara, Joe Vasconcellos le puso rostro a Luchin, el niño de la pelota de trapo, ese que jugaba en el barro en las calles de Barrancas. En el exilio muchas veces me emocioné con este y otros temas de Víctor Jara. Al regreso a Chile, a comienzos de los ochenta, era por cierto parte de los temas entonados en más de alguna junta, en más de un festival, acto cultural, peña y por cierto en el Café del Cerro. En su reportaje, muy bien logrado por lo demás, Joe Vasconscellos realzó a un Víctor Jara cantautor, al hombre, a la persona, al ser humano, aquel que se conmovía con la injusticia social, aquel que escribía y cantaba al pueblo desde el pueblo mismo, desde dónde él venía. Quizás esa sea la razón por la cual su canto permanece en el tiempo, pues contiene mucha empatía, es un fiel reflejo de las injusticias sociales que seguimos presenciando. Siempre pensamos que Luchín era eso; un niño del pueblo chileno, un ser imaginario que Víctor había elegido para su denuncia. Eugenia Arrieta, colega de Joan Jara reveló el año 2011 en una entrevista a "La Cuarta" la misma historia que relató a Joe Vasconcellos. Luchín era hijo de una numerosa y humilde familia de Barrancas (hoy conocida como Pudahuel) y fue adoptado por ella, Eugenia Arrieta, tras un devastador temporal que afectó a Santiago en 1970. Luchín hoy tiene 42 o 43 años. Hace no mucho se enteró de la historia pero prefiere mantener un perfil bajo pues sostiene que Víctor Jara le pertenece a todo el pueblo. Este 11 de septiembre rendiremos nuevamente homenaje a Víctor y a tantos otros chilenos víctimas de la dictadura. Han pasado muchos años, pero las heridas permanecen intactas y se reabren ante cada acto de injustica.¡Dura fecha para quienes no hemos perdido la memoria ni la capacidad de asombro!

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