MIRNA CONCHA

Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.

lunes, 28 de junio de 2010

Condena a violaciones a los DD.HH: ¿principio o discurso de la Iglesia Católica?

Por: Mirna Concha, periodista

"Indulto Bicentenario: Iglesia pretende incluir a presos por violaciones a los derechos humanos. Gobierno se complica y deberá zanjar si los aplicará o no", fue el titular de www.cambio21.cl que captó mi atención esta mañana de lunes, mientras el país entero se prepara para ser testigo de un histórico partido de fútbol.

Avancé en la lectura y al encontrarme con la foto de Cristián Precht imágenes de los ochenta inmediatamente vinieron a la mente. Hoy plantea que "hay gente que está en la cárcel porque nunca los hemos perdonado: por delitos políticos, por DD.HH. ¿Seremos capaces como país de darnos la mano y empezar algo nuevo?". Me pregunto que diría el Cardenal Raúl Silva Henríquez.

¿Qué mueve a Precht? ¿Olvidó que la Vicaría acogió a los detenidos, torturados, desaparecidos? ¿Olvidó que José Manuel Parada, sociólogo comunista degollado junto a Santiago Nattino y Manuel Guerrero en marzo de 1985 trabajaba precisamente en la Vicaría al momento de ser secuestrado? ¿Es este el mismo sacerdote, vicario de la solidaridad a fines de los 70, que se paró frente a los "huanacos" para evitar que Carabineros reprimiera a la gente en el Parque O’higgins en el marco de las protestas para denunciar ante el Papa Juan Pablo II, en su visita a Chile en 1987, las violaciones a los derechos humanos? ¿Olvidó a Carmen Gloria Quintana y a Rodrigo Rojas Denegri?

No nos corresponde a los seres humanos perdonar, pero si trabajar por impulsar procesos a través de los cuales se haga justicia en esta tierra y se condene a quienes violan lo más preciado -incluso para la Iglesia Católica- como es el derecho a la vida. ¿Estará apelando Precht a la corta memoria que tiene Chile? ¿Bajo esa lógica por qué condenar entonces el holocausto?

Los dobles discursos sólo confunden, hacen más daño e impiden que la sociedad pueda efectivamente sanar sus heridas. Ojala que prime la cordura y que el 15 de agosto no se indulte a los violadores de derechos humanos, por el bien de nuestra patria, de una eventual reconciliación....en aras del bicentenario.

miércoles, 16 de junio de 2010

No nos mariemos con la "marea roja"

He observado la conducta de la gente, de la masa. No vi el partido por la TV, pero difícil era abstraerse cuando todas las radios también lo transmitían. Relatores aficionados incluían cada minuto de su avance en mensajes vía facebook y twitter. Arreglos especiales se hicieron en los lugares de trabajo para que la gente llegara muy temprano a destino y no se perdiera un instante. Piñera pernoctó en Dichato. Cada cual saque sus propias conclusiones.

Y así se instaló la fiebre mundialera que al minuto 33 coronó a Chile con un gol de Bosejour. En La Araucanía las autoridades inmediatamente buscaron forma de apropiarse al jugador: "sangre mapuche ha hecho historia", decía el relato local de Radio Bío Bio. El jugador tiene ascendencia haitiana y mapuche. ¡El fútbol da para todo!

Entre tanta fiebre mundialera, no pude dejar de recordar a la escritora y periodista canadiense Naomi Klein, quien ha escrito sobre como el sistema neoliberal utiliza situaciones fuera de la cotidianeidad para introducir sus reformas. Anoche, pasadas las 21:30 horas, mientras todo Chile se preparaba y esperaba ansioso lo que ocurriría en Sudáfrica, el diputado René Saffirio daba cuenta en su facebook del resultado de la Comisión de Trabajo donde los ministros de Hacienda y Trabajo discutieron el proyecto de reajuste del salario mínimo. En ese proyecto el Gobierno propuso un reajuste de 3%, sin considerar la propuesta de la CUT: El salario mínimo se aumenta así en $5.000.

Muchos me han calificado de amargada y hasta antipatriota. Asumo que la "marea roja" marea, pero debemos tener cuidado de no perder la brújula.