MIRNA CONCHA

Estudié periodismo en Canadá donde viví el exilio durante diez años junto a mis padres y hermanas. Regresé a Chile en 1984 y desde entonces mi trabajo -en inglés y castellano- ha sido difundido en radios, agencias de noticias, portales de internet y diarios en Chile y el extranjero, así como en publicaciones del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. Mi compromiso ha sido siempre con la democracia y la defensa de los derechos humanos.

viernes, 22 de enero de 2010

La prensa: la gran vedette de la campaña electoral

Por: Mirna Concha, periodista
Publicado el 15 de noviembre de 2009

Más allá de las preferencias que cada ciudadano inscrito marcará el próximo 13 de diciembre, en esta campaña electoral han surgido fenómenos que visibilizan la urgente necesidad de una caracterización psicosocial que precise con fundamentos sólidos el país en que vivimos, los intereses reales de los ciudadanos y los desafíos del futuro.

Esto no solo porque la realidad mundial es diferente, porque la globalización está en su máxima expresión, porque las inquietudes de los chilenos son distintas, porque la forma de hacer política no es la misma, sino porque hoy nadie reprime nuestro derecho a expresarnos, a discrepar, a criticar, a contradecir. Esa es la democracia, con sus cosas buenas, malas y siempre perfectibles.

María Olivia Monckeberg, Premio Nacional 2009, lanzó la semana pasada su última obra “Los MAGNATES de la prensa.” Por razones obvias no tuvo mayor difusión. Es que entre otras interrogantes, la periodista plantea:

¿Quiénes son los dueños de los medios de comunicación en Chile?, ¿Cómo lograron amasar la fortuna y el poder que los tiene a la cabeza de potentes conglomerados?, ¿Cuáles son los rasgos que caracterizan sus personalidades?, ¿Qué lazos han establecido con el poder político y económico?, ¿Quiénes son sus amigos y socios?

María Olivia también expone el gran tema: la propiedad de los medios de comunicación, donde “se encuentra con un sinnúmero de sociedades comerciales que a lo largo de las últimas décadas ha convertido a sus dueños en los magnates de hoy. Esa concentración que pesa sobre los medios constituye una amenaza para la libre expresión y el pluralismo, pero más aún, se transforma en un riesgo para el ejercicio de la propia democracia.”

Para nadie ha pasado inadvertido el rol que la prensa está jugando en esta campaña electoral, en el marco de una evidente estrategia diseñada para instalar marcadas preferencias. Y en su legítimo derecho está, si al fin y al cabo es lo que permite la democracia.

Y aquí hay que ser autocríticos. Durante la dictadura surgieron varios medios de comunicación alternativos: La Epoca, Fortín Mapocho, Revista Cauce, Revista Análisis, Revista APSI, entre muchos otros con calidad profesional y niveles de análisis que hasta la fecha son comentados. Contaron con profesionales comprometidos, con mística, con pasión, periodistas y reporteros gráficos que innumerables veces pusieron en riesgo sus propias vidas. Su trabajo no solo aportó al debate político y necesario equilibrio para contrarrestar, sino además jugaron un rol trascendental en el retorno a la democracia. Esta participación hasta la fecha no ha sido reconocida ni valorada. Y no se trata de rendir “honores”, sino de comprender a cabalidad y creer verdaderamente en el rol que éstos juegan en la sociedad.

Ojala que la experiencia de los ochenta se haya entendido, que exista la autocrítica necesaria y que el rol que ha jugado la prensa en esta campaña electoral ayude a comprender que es necesario fundar medios con proyección de futuro y otorgarles el debido y necesario respaldo económico que su sobrevivencia demanda.